Resumiendo los datos relativos a los miembros de las áreas territoriales de caza y los de los miembros de las áreas alpinas, actualmente el número de cazadores residentes en Liguria, habilitado para el temporada de caza 2021/2022, asciende a 12.917. Entre ellos, según las inscripciones oficiales, hay 2.146 personas de La Spezia. En cuanto a las otras provincias, las dos áreas de Génova, sumadas, suman 4787 miembros, las cuatro de Savona a 3.229, mientras que Imperia se detiene en 2755. Los datos están actualizados. Están contenidos en el decreto recién publicado por la Región de Liguria, llamado a distribuir los fondos provenientes del producto de la caza, de acuerdo con las disposiciones de la ley regional 29 de 1994. El número de cazadores de Liguria es en fuerte declive, a la luz de las cifras comunicadas por el decreto.
En 2002 en Liguria resultaron 27.581. Hay que decir que en 2007 ya se habían reducido a 23.888. Y diez años después, en 2017, habían bajado a 16.183. En cuatro años, el ejército de lado a lado ha vuelto a disminuir, tanto que hoy no llega a 13. Están en línea con lo que está sucediendo a nivel nacional. Los cazadores italianos fueron incluso los 3% de la población, hasta 1.701.853, en 1980. Se redujeron a 1.446.935 en 1990. Después de eso, hubo una aceleración del declive. Los números se han reducido casi a la mitad, aumentando a 801.156 en 2000. Estos son datos oficiales, tratados por Istat y Federcaccia. Los últimos veinte años han erosionado aún más el sector de la caza. La cifra de 2017 indicó solo 543.795 miembros regionales.
Y la tendencia parece haberse consolidado a estas alturas. El decreto anual es un acto contable. Los ingresos derivados de los impuestos pagados por los cazadores de Liguria se dividen de hecho sobre la base de porcentajes precisos. El 5%, equivalente a 38.100 euros este año, se destina a asociaciones de caza reconocidas, que se encuentran en Liguria Federcaccia, (delegada por los demás para cobrar), Arci Caccia, Associazione Libera Caccia, Enalcaccia y Anuu Migratoristi. Un 15% está en manos de la Región, para las tareas de instituto e investigación. El 80% restante se destina a zonas de caza y zonas alpinas, siempre dividido en porcentajes que deben tener fines específicos. El decreto especifica que al menos el 25% debe utilizarlo para ejercer funciones administrativas, 10% para la gestión de zonas de veda y oasis de protección de la vida silvestre, otro 25% para la prevención y compensación de daños causados por animales silvestres, 10% para el rescate y recuperación de animales silvestres en dificultad.
Y para ello pueden firmar convenios con asociaciones de protección del medio ambiente, agrícolas o incluso de caza. Para cuantificar las cifras a reconocer para las áreas, la Región utiliza dos parámetros, ambos al 50%. El primero es el número de cazadores, el otro toma en consideración la extensión del territorio que se puede visitar. La provincia de La Spezia es la que menos cazadores tiene, en comparación con las otras tres. En cuanto a los espacios, en La Spezia se puede cazar en 60.081 hectáreas. Génova tiene el doble, más de 60 en el 1 e 61 mil en 2. Savona, con sus cuatro áreas, varía de 3.358 para los más pequeños a 53.568 para los más grandes, instalándose justo debajo de Génova. Los dos de Imperia, sumados, llegan a 82.828. La suma reconocida por el decreto regional para el ejercicio de las funciones administrativas de las áreas, este año son 152.400 euros.
El área de caza de La Spezia recibirá 25.061 euros. Génova 1 tendrá 27.205, Génova 2 en lugar de 26.172. Un total de 4 € se destinarán a las 40.614 áreas de Savona, 33.348 € a Imperia. La suma que las áreas cinegéticas deberán invertir en la gestión de las áreas donde la caza está prohibida e en los oasis de protección salvaje es igual a 60.960. La acción de La Spezia asciende a 10.025 euros. Estos son los elementos detallados en el documento. Los otros dos ítems a los que se hace referencia en la introducción no están cuantificados en el decreto, los destinados a la prevención de daños por animales salvajes y los destinados a la recuperación y rescate de animales salvajes heridos (El siglo XIX).