Pattadese: así es como manos hábiles artesanas dan forma a la pattada sarda. Un viaje por una de las tradiciones más nobles y antiguas de Cerdeña.
Las fases del procesamiento del cuchillo: Los cuchillos de Cerdeña están hechos con dos materiales: cuerno y acero. El cuerno es el primer material que se procesa, seccionándolo y enderezándolo para crear dos placas de 15 cm de largo y 5 cm de espesor. Procedemos calentando el cuerno para ablandarlo y darle la forma deseada, luego lo colocamos en un tornillo de banco y lo dejamos enfriar.
Luego pasamos al procesamiento del acero, que se pone al fuego para que alcance temperaturas entre 800/900 grados centígrados. Una vez alcanzadas estas temperaturas, la varilla de acero se coloca sobre un yunque para ser batida muchas veces, con el fin de crear una serie de capas que le dan a la hoja una dureza muy alta.
Luego se crea el alma del cuchillo, es decir, la parte de acero que está entre las dos mejillas del cuerno, que tiene el mismo grosor que la hoja. Una vez que se completa el "marco" del cuchillo, la hoja y las partes del cuerno se ensamblan a través de pasadores de acero. Finalmente, se procede al afilado de la hoja y al pulido tanto de ésta como del cuerno, utilizando pastas abrasivas.
En particular, el Pattadese es uno de los cuchillos sardos más conocidos. Toma su nombre de su país de origen, Pattada, un pequeño pueblo del norte de Cerdeña.
Es una navaja, de línea cónica y sinuosa con mango monobloque con núcleo de hierro o latón, entre dos mejillas de cuerno. En la antigüedad, pero también hoy, se encargó según las necesidades a las que iba a servir.
El cuerno que se usa para hacer el Pattadese es el muflón o carnero. En la década de 1800 y hasta principios de la de 1900, el acero provenía de bayonetas o ballestas en buggies.
Para hacer que estos cuchillos sean únicos, los artesanos crearon grabados en la hoja, con escenas que representan la naturaleza.
A pesar de la gran demanda de cuchillos sardos, esta última no ha generado una producción industrial de los mismos, con el fin de preservar la artesanía de estos espléndidos y únicos productos.