Federcaccia Macerata arroja luz sobre la cuestión de los lobos en las montañas Sibillini a raíz del artículo publicado en los últimos días en el Resto del Carlino.
Respecto al artículo publicado en el Resto del Carlino, una crónica de Macerata el jueves 13 de marzo "30 lobos en el Parque Sibillini, así se protege el ganado" donde se destaca en el subtítulo "Víctimas de cazadores furtivos y cazadores asesinados con trampas para jabalíes o envenenados ”Se expone lo siguiente. Como vicepresidenta provincial Federcaccia di Macerata, creo que es correcto devolver las acusaciones contra los cazadores al remitente y, de una vez por todas, aclarar y no confundir la figura del cazador furtivo con la del cazador. La primera caza furtiva, la segunda realiza actividades cinegéticas en cumplimiento de la legislación vigente, que contempla al lobo como una especie especialmente protegida. Aclarado este punto esencial, en el fondo del artículo se hace referencia a una loba, con radio collar, dotada de GPS, que murió en un cordón para jabalíes en el interior del Parque Sibillini y a treinta metros, según informa en el artículo, otra trampa con un jabalí muerto. En el Parque está prohibida la caza, así como el uso de cordones para las actividades cinegéticas, por lo que quien actúa es un cazador furtivo, y más grave aún dentro de un área protegida donde la vida silvestre debe ser protegida y resguardada aún más cuidadosamente mediante una supervisión efectiva.
En lo que respecta a la protección de la especie de lobo, no se puede ignorar, improvisar y fragmentar un programa de manejo orgánico, tomando en consideración las necesidades de quienes realizan actividades que entran en conflicto con las necesidades de conservación de la especie y los procesos de toma de decisiones deben ser lo más abierto posible a la contribución de los distintos interlocutores sociales. El mundo cinegético en este contexto tiene un papel fundamental para un camino compartido gracias a su amplia difusión y al fuerte vínculo que tiene con el propio territorio.
El regreso del lobo se ve a menudo en el territorio de la montaña como un hecho negativo y los problemas son a menudo la causa de la caza furtiva a través de disparos, trampas o esparcimiento de bocados envenenados. Estas prácticas, condenadas inequívocamente por el mundo cinegético, se llevan a cabo con la convicción de que pueden solucionar el problema localmente y están ligadas a una desconfianza sustancial hacia las instituciones.
Sin perjuicio de la necesidad de adoptar todos los métodos más adecuados de seguimiento de los rebaños y manadas, cualquier daño causado por los lobos debe ser pagado de inmediato porque el agricultor vive de ese trabajo y no tiene "despidos" u otras "redes de protección social". . Además, el problema de los perros vagabundos no debe subestimarse: de hecho, muchos daños causados al ganado y atribuidos al lobo son en realidad causados por perros vagabundos y vagabundos que acentúan el problema de la "hibridación" del lobo reduciendo su integridad genética. Es necesario prevenir los animales callejeros involucrando a los Asur de competencia en colaboración con los Guardias Voluntarios de Caza para un control capilar sobre el territorio. Por tanto, en última instancia, el lobo debe ser protegido como lo prevé expresamente la legislación vigente pero no es posible pensar en la conservación de la especie sin una gestión seria con intervenciones sinérgicas y compartidas.
La vicepresidenta provincial Federcaccia Macerata
galassi nazzareno
(22 de marzo de 2014)