Un grupo de cabras que ahora se han vuelto salvajes por un mal rato a la Silvicultura y los cazadores de Tiarno di Sotto, una aldea de Ledro en la provincia de Trento, que desde hace tiempo intentan en vano capturarlas por motivos de salud.
Las cabras han estado deambulando durante algún tiempo entre las estaciones alpinas de Sera, Palone y Val Maere, donde el pasto es tan empinado e impracticable que es prácticamente imposible capturar estos animales, por lo que el Ayuntamiento de Ledro tuvo que autorizar su matanza.
Las razones de la disposición son el arrepentimiento en el peligro de contagio a otros animales, ya que se sospecha que las cabras en cuestión están infectadas y son portadoras de algunas enfermedades contagiosas como la agalaxia y la brucelosis.
Según la legislación vigente, todos los años, los ovinos y caprinos deben ser sometidos a un análisis de sangre para comprobar la presencia de este tipo de enfermedades.
Aunque las cabras muy salvajes pueden haberse alejado de su rebaño original y deambular han llegado a zonas inaccesibles y en ocasiones inaccesibles de las montañas de Ledro, por lo que ahora es imposible rastrear al propietario.
Algunos criadores de Ledrense llevan sus rebaños a la montaña en primavera, dejándolos desatendidos hasta el otoño, cuando vuelven para llevarlos de regreso al valle siguiendo una tradición local que se transmite desde hace más de un siglo.
Durante este período en el que los animales están desatendidos puede ocurrir que pequeños rebaños regresen solos al valle, otras veces puede suceder que el rebaño se aleje a otros pastos por miedo a los animales salvajes.
Una vez que han ido demasiado lejos, es posible que los líderes ya no puedan regresar y, con el tiempo, se vuelven cada vez más salvajes y se vuelven inaccesibles gracias al hecho de que ahora viven en un entorno rocoso.
Otro motivo que motivó la autorización para la matanza está vinculado precisamente al hecho de que el paso de cabras por las zonas rocosas puede provocar la caída de piedras en las zonas inferiores o incluso deslizamientos y deslizamientos de tierra constituyendo así un peligro para la seguridad ciudadana.
Los delegados para la matanza selectiva de los animales serán los hombres de la Guardia Forestal y los cazadores auxiliares de Tiarno di Sotto, que fueron los primeros en alertar a la Autoridad Sanitaria Local.