La asociación Presidium Slow Food de los productores de arroz Grumolo sonó la alarma. Entre otras cosas, hay que recordar que estas trampas fueron autorizadas por la provincia de Vicenza, por lo que los vándalos actuaron de mala fe y sin conocer (o desconocer) la legislación actualmente vigente. El daño se ha convertido en una constante peligrosa, tanto es así que la asociación ha hablado de cinco episodios en el espacio de dos años, una frecuencia que debe empezar a preocupar.
Detener a las nutrias se ha convertido en una necesidad y los desconocidos no se dan cuenta de lo graves que son daños causados por animales al territorio. El arroz fue introducido en Grumolo por algunas monjas benedictinas en el siglo XVI y la variedad local, el vialone nano, tiene una calidad excelente.