Hay quien lo intenta con un cetrero, utilizando rapaces adiestradas para asustar a los pájaros. Los que los cazan con palos, y los que usan pistolas de agua… Un Venezia la cuestión de las palomas y las gaviotas se siente profundamente, y no faltan métodos extraños para mantener a las aves alejadas de los turistas. Muchas soluciones, a veces muy creativas para "Combatir" un problema común que se siente profundamente: el de las palomas y las gaviotas que molestan a los clientes de bares, restaurantes y hoteles. Como nos dice Prima Venezia, el tema de la Laguna se siente profundamente, tanto que algunos han inventado iniciativas realmente únicas.
Hay quienes les dan a los clientes palos para ahuyentar a los pájaros, quienes incluso entregan pistolas de agua a los clientes. Los que frecuentan los clubes venecianos lo saben bien.: los pájaros siempre están al acecho y es prácticamente obligatorio, para evitar la incursión, mantener la comida tapada en las mesas. A veces, basta con una mano en un tazón de papas fritas, pero a veces los pájaros hambrientos tienen la sartén por el mango. En algunos casos basta un segundo, y aquí el preciado botín acaba en el pico de alguna paloma. O alguna gaviota.
el video de la turístico quien ni siquiera tuvo tiempo de terminar el helado, porque se lo robó el infame “Ciruzzo”. En definitiva, por citar uno de los eslóganes del momento, la “Pobre gaviota” puede haber perdido a su pareja… pero no al hambre. Entonces aquí está la respuesta de los restauradores: pistolas de agua… Pero la situación no se puede liquidar (perdón por el juego de palabras), simplemente con un juguete. También porque hasta hace unos quince años el problema lo representaban las palomas.
Ahora los venecianos y los turistas tienen que lidiar con gaviotas argénteas, mucho más grandes y aún más "sin escrúpulos". Desde 2008, cuando el entonces alcalde Massimo Cacciari había introducido la prohibición de dar de comer a las palomas en la Piazza San Marco, ha habido un cambio de ritmo en la fauna local. Quizás ese fue el momento en que la presencia de gaviotas aumentó en número. Además de las pistolas de agua, por ejemplo, en algunos hoteles de lujo también se ha probado la ruta cetrera: estas, gracias a su rapaces entrenados, son capaces de asustar a los pájaros. Pero este servicio, en cualquier caso, además de no resolverlo también es bastante caro (Primera Brescia).