Perros y percepción extrasensorial: Nuestros amigos de cuatro patas tienen los mismos sentidos que los humanos: vista, oído, olfato, tacto y gusto, incluso si se desarrollan de manera diferente a los humanos. El perro, sin embargo, también tiene el llamado "sexto sentido" o percepción extrasensorial. Gracias a esto último, el perro "siente" lo que el hombre no puede percibir.
Al igual que con los humanos, los órganos de los sentidos de un perro son estructuras físicas en su cuerpo que le permiten interactuar con el mundo circundante. En comparación con los humanos, los perros han desarrollado sus sentidos de manera diferente, confiando más en el olfato y el oído. Empecemos por la vista. Este es uno de los sentidos menos desarrollados del perro, ya que a lo largo de los siglos no se ha desarrollado lo suficiente, hasta el punto de que nuestro amigo de cuatro patas puede considerarse miope. En apoyo de esta tesis, se ha demostrado que el perro no puede distinguir visualmente a su dueño en un grupo de personas a cierta distancia. En condiciones de poca luz, el perro ve mucho mejor que los humanos, incluso si aún no capta los matices del color.
Sin embargo, a corta distancia, el perro roba todos los movimientos que escaparían al ojo humano y es capaz de distinguir el rojo, el amarillo, el azul y el verde. El campo de visión del perro es más amplio que el del hombre, porque hay una ubicación diferente de los ojos, que son menos frontales y más laterales. Cada raza, sin embargo, tiene una conformación ocular diferente: por ejemplo, en los perros de caza los ojos están colocados hacia los lados, de tal manera que tienen un campo de visión aún más amplio, mientras que en el bóxer están en una posición central, lo que les permite ver bien con ambos ojos, incluso si la visión en lugares pequeños es bastante limitada.
El otro sentido es oír. Su mecanismo es similar al de los humanos, pero es un sentido muy desarrollado, hasta el punto que el perro es capaz de escuchar sonidos de una intensidad casi cercana a la de los ultrasonidos, unos 40 mil hercios, y puede percibir hasta 100 mil. vibraciones, mientras que el hombre puede percibir sólo 30 mil. Por estos motivos, los entrenadores utilizan en sus entrenamientos un tipo de silbato del que apenas oímos el sonido, mientras que los perros lo oyen muy bien. Además, la movilidad de las orejas permite al perro ubicar perfectamente la dirección de donde proviene el sonido, haciendo que la audición sea aún más efectiva. A menudo sucede que algunos perros son capaces de distinguir perfectamente el motor del coche del propietario, o sus pasos, llegando a expresar alegría antes de que haya tocado el timbre o llegado a la casa.
El sentido más desarrollado del perro, todo el mundo lo sabe, es el olfato. Este sentido es el sello que ha distinguido al perro en el reino animal. Además de ser el más desarrollado, es el sentido más importante para el perro. Sus células olfativas superan, según la raza, los 100 millones, e incluso llegan a los 200 millones en el Pastor Alemán, mientras que en los humanos llegan a apenas 5 mil. Está tan desarrollado que el perro, incluso si no huele un objeto en particular, sino que simplemente deja que el aire fluya por las fosas nasales, es capaz de distinguir un objeto de otro o una persona de otro muy fácilmente, incluso desde una gran distancia. La nariz o la nariz se mantienen húmedas por células particulares, para capturar las partículas odoríferas más pequeñas, disueltas y perceptibles. Si la vista es el sentido más importante para los humanos, para los perros es el olfato. Un perro ciego, de hecho, todavía es capaz de orientarse en la calle solo gracias a su sentido del olfato. Algunos estudios parecen haber demostrado que un olor puede quedar grabado en la memoria del perro y que éste sería capaz de reconocerlo en cualquier lugar incluso después de mucho tiempo. Observando a un perro nos daremos cuenta de que le encanta oler las cosas, las personas y los animales. Por este motivo, muchos veterinarios aconsejan a los dueños de perros que den largos paseos, ya que es un ejercicio para mantener entrenado este sentido.
En cuanto al gusto, se puede decir que no es un sentido muy desarrollado aunque esté íntimamente ligado al olfato. De hecho, cuando huele, especialmente cuando se trata de comida, segrega un exceso de saliva. Se plantea la hipótesis de que el perro es incapaz de reconocer los matices de los sabores, ya que tienen menos papilas gustativas que los humanos.
El último de los cinco sentidos similares a los humanos es el tacto. En los perros, se encuentra en todo el cuerpo: el mejor ejemplo es cuando se complace en ser acariciado o arañado por su dueño. Los órganos que más permiten al perro interactuar con el entorno a través del tacto son sus bigotes, ya que son muy sensibles a las temperaturas. El perro los usa acercándolos al plato de comida para ver si están demasiado calientes para tragarlos. El sentido por excelencia del perro, además del olfato, es la percepción extrasensorial o "sexto sentido". Esto último permite al perro predecir lo que está a punto de suceder de inmediato, como la llegada del dueño, cuando quiere hacer algo que muchas veces no le agrada (como bañarse) o predecir tanto las acciones como los sentimientos y las reacciones de su dueno.
Las habilidades sensoriales del perro, cuando la ciencia no pudo explicarlo, sugirieron que poseía cualidades mágicas. En realidad, aunque se documentan hechos increíbles, existe una explicación científica. Un perro sabe encontrar el camino a casa aunque esté muy lejos de él, y se desplaza con facilidad por tierras desconocidas: esta capacidad parece deberse a la sensibilidad para percibir incluso variaciones mínimas en el campo magnético de la tierra. Este particular sentido "electromagnético" le permite percibir las más leves vibraciones de la corteza terrestre, hasta el punto de poder predecir terremotos. También se ha demostrado que el perro es capaz de predecir tormentas eléctricas, temblores y ladridos antes de la llegada de la lluvia: esta forma de sensibilidad está relacionada, en cambio, con el cambio en la presión atmosférica y quizás también con los cambios en el nivel de electricidad estática en el aire. .
Pero la ciencia no ha venido a explicarlo todo. Hay casos en los que algunos perros han advertido la presencia de tumores en las personas, o que han notado que una persona está sujeta a una determinada discapacidad, asumiendo un comportamiento defensivo hacia estos sujetos. Hasta que la ciencia pueda explicar por completo esta extraordinaria habilidad del perro, nos gusta pensar que nuestros amigos de cuatro patas son verdaderamente especiales y mágicos, como el amor incondicional que reservan para sus dueños.