Asegurar al perro puede ser una obligación o un deber del propietario.
La ordenanza del 3 de marzo de 2009, con la que se extinguió la lista de razas peligrosas, regula este aspecto en detalle, con el fin de entregar al propietario toda la información necesaria para asegurar a su amigo de cuatro patas. Muchos italianos albergan mascotas de todas las especies y razas en sus hogares; muy a menudo es un perro. Cuando nuestro amigo de cuatro patas pasa a formar parte de la unidad familiar, surgen nuevos deberes y responsabilidades hacia él, la familia, los amigos, los vecinos y los transeúntes. Los perros necesitan mucho cuidado y una buena parte de nuestro tiempo si queremos mantenerlos en forma y felices.
En algunos casos, sin embargo, todo nuestro cariño no es suficiente y necesitamos otras herramientas para defender a nuestro animal y a las personas que entran en contacto con él. Puede suceder en ocasiones, por diversos motivos, que nuestro animal pueda enfermarse o sufrir accidentes o lesiones y, lamentablemente, lesionar o provocar graves daños a terceros. En este caso, para evitar que la compensación se pague de su propio bolsillo, es muy recomendable contratar una póliza. Seguro para perros.
La ordenanza del 3 de marzo de 2009 responsabiliza a los dueños de animales por cualquier tipo de daño, independientemente de la especie o presuntas razas peligrosas. Por este motivo siempre es recomendable contratar un seguro. Con la citada ordenanza se deroga la de 12 de diciembre de 2006, en la que se enumeraban las presuntas razas peligrosas y existía la obligación de estipular una Política de perros. La nueva ordenanza, en relación con la RC (responsabilidad civil), establece el concepto simple por el cual los dueños de los animales siempre serán responsables de cualquier daño causado a terceros. Además, este último establece que el veterinario decidirá si ese perro es peligroso o no. En el caso de que el perro haya sido protagonista (lamentablemente) de episodios de agresión o haya mostrado un carácter desequilibrado, el veterinario podrá decidir obligar al propietario a contratar un seguro que proteja a terceros de posibles agresiones. En todos los demás casos, será una elección libre del propietario si asegura a su amigo.
No siempre es necesario asegurar perros grandes como los grandes daneses o los mastines napolitanos, o perros considerados (erróneamente) como particularmente agresivos como los dóberman o pitt bull. No hay razas peligrosas, solo dueños irresponsables que estimulan al perro a ser agresivo. El que te escribe, por ejemplo, se encontró frente a dos rottweilers de un amigo que en cuanto me vieron por primera vez uno se tendió en el suelo para que le acariciaran la barriga, el otro se fue sin importarle el mi presencia (obviamente todo sucedió en presencia de mi amigo). En algunos casos es recomendable asegurar incluso a un perro pequeño como un perro salchicha o un chihuahua. ¿Porque? Por ejemplo, piense que un perro pequeño puede arremeter contra un niño o una persona mayor y causarles daño. La mordedura de un perro que pese algunos kilos puede resultar molesta. Los daños, independientemente de la raza, son siempre y en todo caso responsabilidad del propietario. Además, el seguro para perros puede incluir no solo la responsabilidad civil, sino también el tratamiento médico y la cirugía, que no son muy baratos.
Las compañías de seguros ofrecen una serie de soluciones, según la raza, el estilo de vida y la edad del perro. El costo del seguro parte de tarifas muy bajas de 30/40 euros al año, hasta costos más altos dependiendo del nivel de cobertura del animal.
En cualquier caso, debemos pensar en un seguro para perros no solo en términos de evitar una indemnización por cualquier daño a la propiedad o las personas, sino también y sobre todo para garantizar un apoyo y una atención médica que pueda salvarle la vida.