Forza Italia está registrando dos posiciones muy distintas a la hora de cazar. Los partidarios de la caza están perfectamente representados por Estefanía Craxi, hija del ex primer ministro Bettino, quien participa habitualmente en los chistes de la contención de jabalíes y que ciertamente no se avergüenza de ser inmortalizado por los medios de comunicación en esta capacidad. En el otro lado está el exministro Michele Vittoria Brambilla, bien conocido por posiciones de derechos de los animales y anti-caza.
Ambos son parlamentarios del grupo que encabeza Silvio Berlusconi y el enfrentamiento nunca se da en el aula sino siempre en la prensa. Como la propia Craxi explicó al semanario Chi, La caza se convirtió en una de sus pasiones durante sus cacerías en Maremma.Irónicamente, su padre Bettino había sido definido en ese momento por los periodistas como "jabalí".
El exponente de la Fortaleza está convencido del peligro de los ungulados y es consciente del daño que causan a la agricultura: esterilización no se considera una práctica útil, sin olvidar que, como reiteró el parlamentario, la caza en Maremma no es un deporte y nadie dispara por diversión. Por tanto, parece difícil hacer coincidir estas posiciones con las de Brambilla, que incluso pretende abolir la caza en nuestro país.