Leímos el comunicado del presidente de laATCPG1 quien, en lugar de llamar a las asociaciones de cazadores y pedir una comparación para entender cómo superar la hostilidad hacia el presupuesto, se atrinchera detrás victimización por chantaje. Al fin y al cabo, las asociaciones de cazadores conocen estas actitudes, por parte de un presidente acostumbrado a no enfrentarse y ni siquiera contestar al teléfono. Un presidente que está porque, en su momento, fue votado por las asociaciones para liderar un organismo que no es monocromático, sino que debe seguir contando con el apoyo de todas las representaciones. Cosa que al parecer ya no tiene el presidente Cruciani, lo que debe llevarlo a sacar las conclusiones necesarias. Es fácil decir por qué estamos en este punto: con recursos totalmente proporcionados por los cazadores, incluso aquellos que provienen de Región de Umbría, que en todo caso son revertidos por los impuestos de los cazadores-, la ATC PG1 ahora tiene en su presupuesto principalmente gastos que no ayudan a la caza.
Sin pestañear, la carga del daño del jabalí ha sido asumida y, por ahora, esta partida absorbe gran parte del presupuesto con la amenaza de absorber todos los recursos en un futuro próximo. ¿Qué ha hecho a lo largo de los años para corregir este problema? Poco de planificación pero, por otro lado, ha amenazado continuamente a los mismos cazadores que le pagan recursos., para que aceptaran la situación bajo pena de no ser expulsados. Al igual que ahora amenaza con no pagar daños a los agricultores y no aprobar el reglamento que implementa la selección. Es un hecho y no una opinión que las reglas de selección podrían y pueden aprobarlo, ya que no es necesario la presencia de dos tercios de los miembros del comité, a diferencia del presupuesto.
Pero luego nos preguntamos cómo pagará los daños a los ganaderos, dado que se espera que los cazadores de jabalíes participen de gran parte del pago con dinero extra y no tienen intención de hacerlo. Quizás el presidente ha olvidado que no hizo mucho para pedirle a la Región que se desviara de las estrictas normas nacionales anticovid., que impidió la contención y la caza. Así que ahora pretende volver a meter mano en los bolsillos de los cazadores, a pesar de no haber sido cazados, y lo escribió en blanco y negro en el famoso presupuesto no aprobado -y diríamos no aprobado por los pagadores-. Pero estos no son los únicos problemas.
Tanto el presidente como las asociaciones cinegéticas firmantes piden a la Región que cubrir estos dañospero el problema es que la caza necesita con urgencia los recursos y estrategias que venimos pidiendo desde hace tiempo. El problema es que para más de 16 mil socios cazadores, el ATC PG1 en apenas 10 años ha bajado a unos 10 mil. El problema es que en las mesas institucionales la ATCPG1 se presenta con líneas técnicas que contrastan mucho con la caza, expresando -a través de la voz de un técnico siempre pagado con dinero de los cazadores- opiniones fuertemente contrastantes con las indicaciones e ideas de los cazadores. ¿Será que el comité ATCPG1, con la gestión de la caza, ahora tiene problemas exagerados? Que no logra tener un diálogo constructivo con los principales actores con los que interactúa. Nos gustaría entender cómo es posible que los involucrados en la caza no tengan un al menos relación cordial con los cazadores y no poder cooperar, ya que nos gustaría entender qué están haciendo las instituciones en todo esto (Federcaccia, Libera Caccia, Enalcaccia).