Esta vez se ha superado el límite, la nota de prensa difundida hoy por las peores siglas de laextremismo de los derechos de los animales, que atentan contra la ordenanza de la Región que permite a la GGVV participar en el control de la vida silvestre, lleno de clichés e inexactitudes, no se puede ignorar. ¿Cómo podría clasificarse? un ataque libre y desmotivado contra una administración que intenta dar respuestas a la agricultura de rodillas por daños y crisis, y las palabras ofensivas contra la GGVV, cazadores o no, ¿quién intervendrá junto a la policía y los agricultores para contener la vida silvestre?
Ser bueno "noticias falsas", querer ser goles mucho peores. Bueno señores, aunque parezca inútil explicar lo obvio a quienes no quieren o no pueden entenderlo, les recordamos que las contención realizadas conforme aArt 37 de la Ley Regional 3/94 no tienen nada que ver con la caza. Los cazadores están dispuestos a cooperar simplemente porque nadie más puede hacerlo; no aplicación de la ley que, sobre todo en estos días, sin duda tienen mejores cosas que hacer, ni ninguna otra entidad actualmente existente.
En esta ocasión, solo participará la GGVV, operadores vinculados a asociaciones cinegéticas, ecologistas, empresas o asociaciones agrarias, que se involucrarán y solo si son activados por la Policía Provincial. Nadie “recorrerá la Región propagando el coronavirus”, Como se indica en su delirante comunicado de prensa, porque las intervenciones no solo, como siempre, se implementarán a nivel provincial, sino que en cumplimiento de la DCPM, tal como lo exige la ordenanza regional, serán planificadas minimizando los viajes.
Con respecto a los métodos ecológicos con los que los activistas por los derechos de los animales tienden a llenarse la boca, muchas veces sin saber de qué están hablando, recordamos que no solo se implementan, sino que el modus operandi es validado cada año por Ispra, un instituto científico que ciertamente no puede ser acusado de simpatías pro-venosas. Así que por favor, no esperemos que te guste la contención, pero, al menos en estos terribles momentos, evita las controversias instrumentales espúreas, piensa en el bien común, que hoy no necesita alarmas inútiles.