A las cuatro de la mañana, antes de que suene el despertador, me despierta el rugido del viento que golpea las contraventanas. Mientras conduzco hacia la cita con Emiliano, me encuentro eufórico y emocionado: cazando en Castiglione della Pescaia, una famosa zona de paso de zorzales y palomas torcaces, es cosa de unos pocos y me siento un privilegiado, aunque el arma que guardo en el maletero solo va equipada con un teleobjetivo y un zoom!
Después de un café rápido, me da la bienvenida el Terrano de Emiliano, donde los dos labradores India y Asia celebran mis vacaciones lamiendo mi cara y meneando la cola.
De camino a la cabaña, Emiliano, empedernido arneses y experto canaio, me cuenta su pasión por esta particular forma de caza. "La pasión por las palomas me la transmitió mi padre."- el me dice -"él fue uno de los pioneros aquí. Fue uno de los primeros en entrenar volantes en la década de 50. Heredé su pasión y su saber y todavía hoy, desde principios de agosto, que empiezo a entrenar volantes, hasta noviembre, me dedico por entero a la nave... hasta que empieza la caza del jabalí, ¡eh!"Me sonríe con picardía mientras conduce.
Una vez cerca del cobertizo, bajamos el auto y saludamos a los dos amigos de Emiliano, Mirko y Simone, quienes ocuparán las dos cabañas a ambos lados de la de Emiliano, que alberga a los voladores. Hoy Emiliano pondrá en campo 7 volantes, 5 pistones y 2 raquetas. Si alguien conoce el número de Moira Orfei con sus palomas blancas, puede hacerse una idea de la familiaridad de Emiliano con sus volantes y la confianza que tienen con él. ¡Es realmente asombroso! - Sigue –