Realmente parecen no tener fin ataques a la caza. Último ejemplo en orden cronológico el rueda de prensa celebrada por el Excmo. Eso brilla, defensor de los derechos de los animales - o, al menos, de una parte de ellos - a la Cámara para presentar sus últimos proyectos de ley, siempre los habituales por cierto, para limitar severamente, a la espera de prohibirlo por completo, caza en italia. En la base se encuentra la supuesta mezcla habitual de caza y caza furtiva; números capturados sin ninguna base científica o retroalimentación sobre el medio silvestre; informes de violaciones de reglas o directivas inexistentes; cazadores presentados como enemigos del orden público o perseguidores de especies protegidas y en dificultad ... En buena compañía con el vicepresidente de la asociación de víctimas de la caza - otra fuente de cifras ingeniosamente infladas con varios métodos de cálculo, además "batidas" varias veces incluso por la prensa más objetiva - Excmo. Por tanto, Brambilla ha temido millones de animales salvajes muertos y condenas fantasmas de Italia por parte de la UE.
Las cifras, en ambos casos, no son ciertas. Las "bolsas de caza" denunciadas por Brambilla son más que teóricas incluso ciencia ficción, ya que incluso los números de la muestra, como todos los demás aspectos de la caza, son estrictamente establecido por la ley aplicando principios de gran prudencia precisamente para la protección de las especies silvestres. Con respecto a los incidentes denunciados, como siempre lo hemos hecho, también estamos de acuerdo en que un episodio es demasiado y el compromiso con nuestra seguridad y la de los demás siempre es muy alto. Precisamente por esta razón, sin embargo, nos parece al menos cuestionable, por decir lo menos, que con la práctica habitual para aumentar la resonancia de los propios argumentos en los números, las enfermedades, las lesiones, los accidentes de tráfico e incluso las caídas de las escaleras de la casa son contados si ocurrieron durante la caza. Por otro lado, se reporta la cifra de 14 niños contabilizados entre las víctimas., "Disparo" claramente de una manera cínica y deplorable para hacer noticia y crear un clima de odio hacia nuestra categoría.
En las últimas 11 temporadas de caza, 4 menores han muerto en accidentes de caza. Un drama que nos marca indeleblemente en primer lugar, y en el que nos resulta indescriptible jugar. Un comportamiento inaceptable, con el que siempre hemos luchado con los hechos y no solo de palabra y eso dice mucho de cuánto puede producir el odio ideológico y sistemático hacia una categoría. En las últimas semanas pues, gracias al debate en torno al tema de la legítima defensa y la transposición de la Directiva de Armas, en realidad dos temas completamente separados entre sí, con una mezcla de desconocimiento que envuelve el mundo de las armas y las armas fuera del la voluntad de los practicantes de abordar la opinión pública En sentido negativo para quien posea o use un arma de fuego, los periódicos y los medios de comunicación han desatado una especie de caza de brujas en la que, una vez más, los cazadores somos víctimas inocentes. Afortunadamente en este caso al menos, una parte del mundo político ha podido demostrar calma y objetividad y solo podemos agradecerle por eso. Entonces, ¿es el azar o todo parte de una estrategia de desinformación bien investigada? No sabemos cómo dar una respuesta precisa, pero es cierto que este clima alimenta tensiones y conflictos que lamentablemente conducen cada vez más a episodios por parte de algunos individuos que, escondidos detrás de los pasamontañas de la ideología de los derechos animales, no dudan en pasar. , como sucedió recientemente en Parma, de la violencia verbal a los hechos.
Es difícil no preguntarse cómo fue posible, en una sociedad en la que uno es muy cuidadoso, a veces rozando el ridículo, no tocar la sensibilidad de los demás, garantizando el respeto y la libertad para expresar las propias ideas de verdad a todos, para llegar al punto. que una actividad sostenible, lícita, permitida y regulada por las leyes, sujeta a mil restricciones y controles y sobre todo aquellos que hacen de la práctica objeto de ataques similares y expuestos a una especie de picota pública con casi nadie, salvo algunas excepciones dignas de elogio también en el mundo político, junto a los cazadores gastando una palabra en apoyo. Cuando decidas poner fin a esta deriva delirante, siempre será demasiado tarde. Por nuestra parte seguiremos actuando con tranquilidad pero la firmeza igualmente arraigada de quienes saben que tienen razón y nunca dejaremos de informar por todos los medios -incluidos los comportamientos- que la caza y los cazadores son otra cosa que lo que se transmite falsamente por convicción ideológica o, quizás peor aún, interés propio.