Pobre Tuscia, maltratado y ofendido hasta la muerte. Cientos de hectáreas destinadas, en el mejor de los casos, a sabiendas a la esterilidad y al desierto. La amenaza de aerogeneradores ciclópeos dispersos aquí y allá para comprometer el medio ambiente y el paisaje. Monocultivos invasores y omnipresentes, que sin duda amenazan la biodiversidad hasta la humana. Receptáculo de residuos de todas partes. Todos juntos y con una concentración que no tiene igual en Italia y quizás en Europa. Estamos entre los de la zona y los tuyos riqueza ambiental nos preocupamos especialmente, sin duda por una implicación egoísta, que no atrae simpatía, al contrario. Esta opinión, sin embargo, no prejuzga una observación objetiva, apoyada por cualquier número o porcentaje y bajo los ojos de todos.
Basta caminar por nuestras calles, frecuentar un poco nuestro campo. Además del dolor, lamento, en algunos casos raros la indignación, ¿por qué? ¿Por qué es esto posible? En otras palabras, comprometiendo gravemente lo que todos repiten con cansancio como nuestros recursos para el futuro: turismo, medio ambiente, agricultura de calidad, ruralidad. Que suceda que las multinacionales se escondan detrás de sociedades de responsabilidad limitada baratas, que una nueva gran propiedad esclavizada por la industria a gran escala y la distribución organizada, que la cadena de suministro de residuos opacos pueda programar y programar sin perturbaciones realizar redadas y cada ganancia donde, como, cuando quieran? ¿Que toda soberbia, arrogancia, poder destructivo se pueda ejercer contra esta tierra, casi con bravuconería?
La trayectoria demográfica también parece presagiar un declive irreversible. ¿Qué será Tuscia en diez, veinte años? ¿En qué paisaje mirarán nuestros ojos y los de nuestros pocos hijos y nietos? ¿En qué cambiaremos nuestras vidas si se dispersan todos los recursos buenos? ¿Es incorrecto o exagerado decir que sucede porque somos una tierra débil, con una estructura social y una clase "dominante" en el mejor de los casos inconscientes e impotentes, si no, con mayor frecuencia, hipócritas y subordinados por cuatro centavos de poder o solo cuatro? centavos? Ciertamente una clase política gobernante, pero no solo. Están involucradas todas las categorías productivas, todas las realidades asociativas. Solo puede ser así, y las quejas dispersas y las alarmas esporádicas no son suficientes para auto absolvernos. Y esto concierne, para ser honestos, incluso en nuestra marginalidad objetiva, incluso en nuestro mundo. ¿Qué hacer?
Construyendo un frente unido, con todos aquellos que quieran oponerse, sin prejuicio, a esta masacre. Haciendo un manifiesto manifiesto del no, porque bloquear el camino a este desastre es hoy la urgencia de mantenerlo abierto a otra cosa. Unir fuerzas, concretamente recursos consorciados y formas de oposición y resistencia, opinión, administrativa, jurídica. Afirmar que la política de hoy es inflexible; porque -por ejemplo- en vísperas de las oficinas administrativas preguntan quién aplicará, de derecha, izquierda, centro, cívica o no, un compromiso solemne de luchar por todos los medios -y si quieren que los municipios tengan más de lo que imaginan- porque ni un metro cuadrado más se destina a estas prácticas devastadoras y nocivas (Arci Caccia Lacio).