En un momento en que se necesitaría unidad y cohesión, da quien esta en contra de la caza solo intenta apuntar a la empresa con información deliberadamente no coincidente. Una vez más, quienes no pueden o no quieren hacer nada mejor que criticar y tratar de desacreditar lo que hacen los demás. Es el caso de algunos marginales y pequeños grupos locales de asociaciones de derechos de los animales quienes evidentemente "indignados" por lo que ha hecho el mundo de la caza en estas difíciles semanas, difundieron noticias falsas sobre el esfuerzo que los cazadores han puesto en marcha para ayudar a la Nación en el lucha contra Covid-19 en forma de donaciones en efectivo, material sanitario y voluntariado, apoyo a la protección civil, servicio comunitario, ayuda a familias necesitadas, etc. No es momento de polémica y de momento está en el país y a sus necesidades que volvamos nuestra atención.
Las reconocidas asociaciones de caza y la CNCN, reunidas en la sala de control, creen que hay que cortar de raíz ciertas falsedades y calumnias. La mayor entre muchas es que las donaciones de los cazadores se hicieron con dinero del estado, por lo tanto de los ciudadanos y que en esencia nos embellecemos sin esfuerzo. Por eso es bueno aclarar --dejando a un lado las consideraciones morales sobre quienes en este momento piensan que podemos embellecernos sobre el sufrimiento y el dolor-- que el mundo de la caza italiano no recibe ninguna financiación directa del estado: en realidad es una devolución parcial de una cuota adicional a las concesiones estatales y regionales que cada cazador individual paga cada año para ser dividida entre las asociaciones de caza a cambio de lo que se hace en términos de manejo ambiental de la vida silvestre.
Lo que dan las Asociaciones entonces - la cifra "irrisoria" según ellas, de aproximadamente 1 millón y 600 mil euros - Es dinero procedente de los cazadores, no del Estado, al que se han sumado las ofertas realizadas por cada ciudadano cazador individual, sus familiares y los cercanos a la caza. Entonces, dicho tal vez un poco brutalmente para que incluso el asociaciones extremistas de derechos de los animales y sus miembros pueden entenderlo, ¡cada euro donado por los cazadores proviene de los bolsillos de los cazadores! ¿Pueden decir lo mismo sobre cómo subvencionan y cuáles son sus iniciativas?
Y no hablemos de los beneficiosos, en los que todos actúan solo de acuerdo con la conciencia, y casi con modestia. En lugar de, los recursos que los cazadores ponen a disposición de la comunidad a través de sus licencias y permisos cada año (que cuantificamos prudentemente en más de 200 millones de euros) es dinero utilizado por el Estado y por las Regiones en muchas partidas de gasto a favor de la ciudadanía, una para todos precisamente salud. Y no mencionamos lo que se ha hecho en cuanto a servicios a la comunidad en forma de jornada voluntaria (leyes libres) para operaciones de gestión a favor de la Administración Pública.
El hecho, entonces, de que estas acusaciones van una al lado de la otra el panegírico habitual formado por jabalíes que aumentaría por la caza - ve y dile a los agricultores, sobre todo ahora que las intervenciones de control están suspendidas - dice mucho sobre el pretexto de ciertos argumentos, cuyo propósito es siempre y solo uno: atacar a la caza y a los cazadores. Una vez más, sin embargo, los cazadores demuestran ser actores de pequeños y grandes gestos de responsabilidad que está fuera de lugar para cuestionar, dado en respuesta a una emergencia que hoy más que nunca exige sacrificios y plantea nuevas dificultades que sólo se pueden superar mediante la unidad y la colaboración. ¡Con el debido respeto a aquellos que solo quieren dividir!
Haga que el frente de la AAVV sea reconocido a nivel nacional también en este caso.
Todos los AAVV han contribuido cada uno a sus propias posibilidades.
Entonces aprendemos a no dividirnos y todos juntos mantenemos en alto el nombre del Cacciatofi