
Esta forma de ver el medio ambiente no sirve a nadie y ahora está fuera de toda lógica de protección y gestión del territorio, lo que no significa embalsamarlo en absoluto. En el caso de los lobos, estamos ante un fenómeno alarmante, que es necesario afrontar con valentía y sentido común. En nuestra humilde opinión, el razonamiento acompañado del sentido común, ahora se vuelve cada vez más ajeno a las franjas ecologistas radicales, acostumbradas a llenarse la boca, invocando a toda costa el neminem laedere, sin proporcionar soluciones compartibles. Y la comunidad se está dando cuenta de esto, mostrándose cada vez más reticente hacia un ambientalismo de conveniencia.
Las autoridades a cargo y ciertamente no los cazadores, tendrán que cuidar a los lobos y los auspicios y sermones estériles de los ambientalistas no serán suficientes, pero serán necesarias medidas decisivas, digan lo que digan los ambientalistas. En cuanto a estos malos cazadores, continuarán en su meritoria labor, encaminada a descubrir sitios contaminantes, remover escombros y escombros, apagar incendios, además de una retirada mesurada de especies, martillada por los llamamientos de ecologistas como Vas, admitidos a la asistencia jurídica gratuita a costa de ciudadanos italianos, ecologistas que aún no hemos tenido el placer de reunirnos en los territorios afectados por la citada. problemas resueltos por cazadores"(Avv. Giovanni Ciccarese Presidente Regional Federcaccia Puglia).





































