Gran objeto de atención.
El Día Nacional del Paisaje es un aniversario establecido desde 2016 con el objetivo de promover y sensibilizar a la ciudadanía sobre el valor estético y cultural del paisaje en todas sus formas y manifestaciones. Estas categorías incluyen paisajes naturales clásicos, como bosques, montañas, lagos, costas marinas, etc., pero también paisajes antrópicos como los rurales que caracterizan bien nuestra península en muchas formas y diferentes expresiones geográficas. El paisaje agrícola en particular ha sido objeto de atención desde 2012, cuando el entonces MIPAAF estableció elObservatorio Nacional del Paisaje Rural, prácticas agrícolas y conocimientos tradicionales con el claro objetivo de reconocer la importancia cultural de paisajes rurales. Un acto único en su tipo a nivel institucional, ya que por primera vez se pone en valor el papel ambiental, histórico y cultural de nuestro territorio agrícola.
Elementos tradicionales y típicos.
No todos los territorios agrícolas entran en estas categorías de protección, sino sólo aquellos que preservan los elementos tradicionales y típicos del paisaje rural a pesar de los continuos e inevitables procesos de cambio a los que está sometida la agricultura para responder a los nuevos mercados y tecnologías. Este es un desafío exigente, ya que no siempre es fácil combinar tradiciones, variabilidad paisajística, elementos naturales con las necesidades productivas actuales. En primer lugar, las comunidades locales deben tomar conciencia de que sus paisajes rurales son parte fundamental de su cultura y, por tanto, desempeñan una función fundamental para su identidad. La menor productividad del mercado deberá entonces compensarse de otras formas, como por ejemplo servicios vinculados al turismo rural y la provisión de contribuciones específicas (ya previstas en el marco de Desarrollo Rural).
Hábitat de excelencia
El interés de los cazadores en este desafío es muy alto y, en cierto modo, crucial, ya que sólo con el mantenimiento de territorios agrícolas ricos en elementos paisajísticos y, por lo tanto, en biodiversidad, habrá excelentes hábitats para la vida silvestre. Por lo tanto, los ATC y las AC deberían prestar especial atención a fomentar con sus propios fondos los elementos más simples del paisaje rural y tradicional que corren el riesgo de ser abandonados y descuidados (setos campestres, muros de piedra seca con bordes floridos, hileras de árboles, puntos de agua). ..) y contribuir así de manera importante a la protección del paisaje rural (Oficina de Estudios e Investigaciones de Fauna y Agroambientales de la Federcaccia).