Fueron necesarios los accidentes fatales, hubo que invadir las grandes ciudades y que los campesinos, a través de sus asociaciones, gritaran pidiendo cientos de millones de euros por los daños sufridos por los jabalíes. Pero ya sabíamos todo esto. No porque seamos adivinos y ni siquiera porque lo hayamos leído en libros. Lo sabemos simplemente por el hecho de que frecuentamos los bosques, el campo, la naturaleza.
Junto a todo este clamor por los jabalíes también hemos sido testigos de lo peor de lo peor que pueden ofrecer los anti-cazadores con la colaboración de la prensa. Con una cita podríamos decir: "hemos visto cosas que los humanos ni siquiera pueden imaginar". Los presidentes del parque han contado el fenómeno de una manera de cuento de hadas, los veterinarios expertos han dicho que la culpa es nuestra porque separamos los grupos familiares por la caza, y una plétora de derechos de los animales han declarado a los cuatro vientos que fuimos nosotros quienes creamos el problema a través de la caza. insumos silvestres de jabalíes.
A todas estas personas les digo que deberían avergonzarse de sí mismas. Una masa de gente ignorante, en el mejor de los casos, y gente de mala fe sin siquiera sentir vergüenza.
En resumen, se nos acusa de exterminar a los pobres animales y hacerlos extinguir, pero cuando
por el contrario, estamos literalmente invadidos por animales salvajes y somos igualmente acusados de no estar seguros de qué. ¡Por favor, al menos haz las paces con tu cerebro!
No entraré en explicaciones técnicas y no hablaré de las razones que han permitido que los jabalíes, así como los ungulados en general, tengan poblaciones en constante crecimiento. Ya conoces estos temas, los has leído, estudiado y experimentado decenas y decenas de veces también a través de los autores acreditados de esta revista.
Me limitaré a decirles a nuestros políticos, a los llamados a tomar decisiones, que los cazadores han estado, están y estarán siempre a la vanguardia en el correcto manejo de los territorios y representan un recurso muy importante y gratuito para toda la comunidad. . Por tanto, trabajemos en paz, con criterio y con base científica, para tener territorios cada vez más utilizables y ricos en biodiversidad. Somos capaces de salvar a la comunidad
cientos de millones de euros gastados hoy en indemnizaciones que, entre otras cosas, no satisfacen a nadie, ni siquiera a los agricultores a los que se dirigen, ya que sólo pueden cubrir una ínfima parte de los daños sufridos. Un ejemplo para todos: el Parque Pollino gasta más de la mitad de su presupuesto cada año para compensar a los agricultores por los daños causados por los jabalíes. Finalmente, se ha formado un grupo de cazadores locales para autocontrol bajo la supervisión del Cuerpo Forestal del Estado a cargo de la vigilancia. Pues bien, en los últimos años, el daño causado por los jabalíes ha desaparecido casi por completo y ese dinero se puede utilizar a favor de las poblaciones que viven en el parque y de los turistas que pueden visitar un lugar encantador. Todo el trabajo está hecho y los cazadores lo hacen gratis y con satisfacción.
¡Buena suerte a todos!
Federico Cusimano