En los últimos años se ha observado un fenómeno extraño y paradójico en el mundo de la caza: cada vez hay menos ”rifles", Pero cada vez más concurrido. Nuestros viejos no son reemplazados por tantos nuevos reclutas y muchos cazadores se han vuelto, por placer o necesidad, hacia el caza de jabalí en broma. Las ciclópeas aglomeraciones humanas que se condensan en torno a la bestia negra, pueden superar las cien unidades, sobre todo en los "chistes-eventos" de algunas empresas cazadoras de vida silvestre. La palabra SEGURIDAD rebota de boca en boca desde el megáfono de cada líder de caza que se precie hasta el último mensaje. Seguridad en la trayectoria de disparo, en el manejo de armas, en la salvaguarda de auxiliares y, por último pero no menos importante, en alta visibilidad.
Las prendas de color verde oscuro que siempre han hecho que el cazador se sienta perfectamente integrado en la paleta de la naturaleza, son cada vez más interrumpidas, marcadas, modernizadas, por destellos de naranja fluorescente. Al principio fueron las chaquetas, luego cada vez más complementos, desde el sombrero hasta la bufanda. Ahora es difícil encontrar en el mercado una prenda que no se vea a través de las frondas y las hojas, aunque solo sea por una cremallera o un inserto. El mercado ha entendido lo que el mundo cinegético está intentando asimilar, superando la aversión a determinados materiales y colores poco “salvajes”.
¿A quién no se le ocurrió vislumbrar con asombro un poste a un kilómetro de distancia, gracias a su chaqueta naranja que trajo a nuestra conciencia la existencia de una persona en carne y hueso donde nuestro ojo nunca jamás podría verlo? ¿Y qué consecuencias catastróficas se evitaron cuando, con el dedo ya en el gatillo, nos deslumbró la naranja del perro o de su guía, donde más bien esperábamos el jabalí tan esperado?
Seamos realistas: la tecnología de alta visibilidad para algunos puede no ser "estética", pero definitivamente es funcional y sostenible. En este sentido, no solo la ropa y el equipaje, sino también las propias pistolas son propuestas por la industria de las armas con culatas de polímero totalmente naranja o con inserciones fluorescentes en la culata y guardamanos que garantizan una visibilidad total. Los primeros ejemplos no satisfacían mi gusto personal: yo, amante de la madera, detractor de los llamados "plasticoni", tan anónimo, estandarizado, sin alma ni poesía ... después me arrepiento.
La industria de las armas no solo nos ofrece una gran visibilidad. Hoy viene a nuestro encuentro ofreciéndonos las armas cada vez más confiable y a prueba de distracciones: un ejemplo es la "Palanca de armado manual de armado manual", que permite desarmar los resortes del martillo con un simple gesto del pulgar, haciendo que el arma esté prácticamente descargada (y no solo con el gatillo bloqueado) en los movimientos en el monte, en los cambios de posición y en todas aquellas circunstancias en las que el rifle debe ser 100% inofensivo. La revolución de la "seguridad" no ha escatimado ni a los preciosos auxiliares: la ropa anti-colmillos de alta visibilidad los protege de las afiladas defensas de los jabalíes y de los peligrosos descuidos en la espesura de la maleza. También en este caso, las inserciones naranjas no son solo un accesorio, sino una forma de coherencia en el tema de la seguridad articulada. Aquí vamos de nuevo, la contraseña a caza no puede ser otro. Todo lo demás (pasión, diversión, amistad) llega un poco más tarde. ¡La bolsa del juego nunca está vacía cuando traemos salud y vida a casa!