El retraso de la temporada de invierno está provocando un retraso, si no una cancelación, de la llegada del Cesena.
El invierno está luchando por despegar y, incluso a escala europea, la temperatura aún no es para la primera década de diciembre. No hay frío capaz de cambiar las suaves temperaturas del Mediterráneo. Los meteorólogos europeos, cercanos a nuestro mundo de caza, predicen un descenso más decisivo de las temperaturas solo después del 10 de diciembre.
En los días de nuestros viejos cazadores (antes de los años 40 del siglo pasado), en ausencia de la legendaria Cesena, era costumbre interrumpir la actividad de caza al acecho fija en la fiesta de la Inmaculada Concepción para retomarla después de la Epifanía, con el fin de aprovechar esos clásicos movimientos erráticos habituales después de los últimos diez días de enero.
Esto fue escrito en el pasado cuando no hubo ese conflicto permanente que en cambio parece típico de estos tiempos, sin una preocupación real y racional por el estado de conservación de las especies migratorias, porque lo que importa, para demasiados, es solo y solo prohibir la caza.
Sin embargo, la persistencia de la ausencia de esta especie, además de una naturaleza marcadamente impredecible (mucho más que la mayoría de otras aves migratorias), no nos deja muchas esperanzas de observarlo antes de fin de año. Veremos que sucede.
Fuente: ANUU Migrationists