La Sala de control unitaria del mundo de la caza - en el que participan todas las Asociaciones Nacionales de Caza Reconocidas (Federación Italiana de Caza, Asociación Nacional de Caza Libre, Enalcaccia, Arcicaccia, AnuuMigratoristi, Italcaccia, Ente Produttori Selvaggina) y el Comité Nacional de Caza y Naturaleza - remitió una nueva solicitud de diálogo al Presidencia del Consejo de Ministros después de verificar la presencia de Estados Generales de Villa Pamphili asociaciones de bienestar animal y medioambiental y la continua exclusión del mundo cinegético de cualquier reunión institucional.
Una presencia que ha dado paso a representantes de asociaciones de derechos de los animales para difundirse gracias a la atención prestada por los medios de comunicación al evento. posiciones extremas que así acaban enmascarados en una suerte de oficialidad inaceptable, al igual que la propuesta de obligar a la reinicio económico del país de la abolición de la caza y de una elección - impuesta - de tipo vegano. El mundo cinegético, contrariamente a lo expresado por las referidas asociaciones, representa concretamente un activo fundamental para el reinicio económico del país, la protección del paisaje, el medio ambiente, la biodiversidad y la producción agrícola: así lo confirman las numerosas intervenciones llevadas a cabo para proteger el medio ambiente, el mundo agrícola y el campo, así como en caso de desastres naturales, incendios o inundaciones, peligros de todo tipo y, por último, pero no menos importante, lo destaca apoyo comunitario proporcionado durante la emergencia de Covid-19, incluso a través de donaciones en efectivo y equipos médicos de cada asociación.
La sala de control del mundo de la caza, a través de la solicitud de reunirse con el presidente Conte, reclama este papel e pide por tanto ser considerado en el parterre de interlocutores que las instituciones debatan sobre cuestiones relacionadas con la recuperación económica del país y la protección del patrimonio agrícola, rural y medioambiental italiano. Finalmente, el mundo de la caza es portador de valores orientados a la concertación y no al choque, una cultura del territorio que hay que respetar y un inductor económico que genera alrededor de medio punto de PIB cada año. El difícil momento que atraviesa el país enfatiza la necesidad de iniciar un diálogo en el que participen todas las partes interesadas sobre determinados temas, para que se encuentren soluciones efectivas y no se incremente el riesgo, por el contrario, de agravar la conflictividad social.