Una situación que he denunciado reiteradamente a las instituciones y órganos competentes, hasta ahora sin resultados apreciables por parte de quienes tendrían la tarea de perseguir y sancionar determinadas conductas que no dudo en definir como delincuentes. Nos gustaría recordarles que en enero de 2017, durante mi último mandato en el Consejo Regional del Véneto, presenté y aprobé una ley regional (No. 1/2017) para castigar con una sanción administrativa, que osciló entre un mínimo de 600 euros y un máximo de 3600 euros, todo aquel que realice actos de obstrucción o perturbación desde los que se pueda perturbar o interrumpir la actividad cinegética habitual o acosar a los cazadores en el desarrollo de sus actividades.
Esta ley, lamentablemente también a la que se oponen algunos gerente de caza que quizás hoy elabora pomposos comunicados de prensa para denunciar estos hechos en perjuicio de los cazadores, fue impugnado por la Corte Constitucional porque también regulaba temas de orden público que son competencia exclusiva del Estado. Por ello, tras el recurso de casación de la Corte, Inmediatamente hice que se presentara la misma ley al parlamento nacional dónde está todavía, probablemente porque todavía ninguno de los que se definen como "amigos de los cazadores" ha decidido emprender su cuestionamiento.
Considerando el aumento de los casos de daños y agresiones contra los cazadores, y a la espera de ser finalmente introducidos también en elSistema legal italiano el delito de ecoterrorismo, espero que los representantes dentro del Parlamento nacional que dicen representar a las instancias del mundo cinegético actúen cuanto antes para aplicar toda la presión necesaria porque la ley contra quienes intencionalmente quieren impedir el ejercicio legítimo de caza y Pesca, que he redactado y aprobado por el Consejo Regional de Véneto, también puede ser finalmente aprobado por el Parlamento nacional. Los cazadores son ciudadanos de la Serie A con antecedentes penales perfectamente limpios que realizan una actividad lícita para la cual pagan altas tarifas de licencia cada año, y por ello merecen respeto y atención (Hon. Sergio Berlato, Diputado italiano en el Parlamento Europeo y Presidente Nacional de la Asociación para la Defensa y Promoción de la Cultura Rural).