Razas antiguas y fascinantes, las seguidas demuestran ser particularmente poderosas y resistentes. Cualquiera que elijas, recuerda que la formación requiere pasión, amor y mucha paciencia. Los resultados darán sus frutos.
No bromees cuando se trata de rastrear perros, sabuesos de hecho. Nos referimos a las razas de perros más antiguas, fuertes, resistentes y rústicas que tienen la capacidad muy personal de buscar el sabor de lo salvaje (precisamente ese olor particular que desprende la caza) pudiendo así rastrear su posición.
Una vez que haya encontrado, la tarea principal del sabueso será guiarlo exactamente donde está el puesto del cazador.
Se trata de animales que aguantan bien el cansancio y, en general, consiguen adaptarse con cierta facilidad a cualquier tipo de terreno. El mismo término sabueso debe derivar directamente del término latino que indica la acción de seguir.
Es por naturaleza que estos perros de caza en particular se deleitan en la caza de animales pelados: liebres, por ejemplo, zorros, Corzo, ciervos, gamos o muflones, pero aquí nos ocuparemos principalmente de jabalíes.
El perro cazará al poderoso animal en cuatro etapas diferentes:
- durante el primero se dedicará a lo que se llama la búsqueda en jerga, por lo que analizará el territorio en el que se lleva a cabo la caza;
- durante la segunda fase el perro procederá con la aproximación:
- durante la tercera fase comenzará la exploración;
- durante la cuarta y última fase el perro entrará en el corazón de la misión procediendo con la persecución real que terminará con el ingenioso intento de empujar al jabalí hasta los puestos de los cazadores.
Un arte que de seguir no es nada sencillo que requiere una formación precisa, porque lamentablemente el instinto y la vocación no pueden hacerlo todo. La región que más que otras se ha mostrado capaz de cultivar excelentes razas es sin duda Francia, que actualmente tiene el mayor número de especies caninas utilizadas en este tipo de caza, aunque Italia también ha producido razas de cinco estrellas.
Una formación laboriosa, por tanto, que requiere atención y paciencia, pero no necesariamente imposible. Los comandos que resultan más útiles en el caso de los siguientes perros son sin duda:
- la llamada, con la que el perro volverá inmediatamente a los pies de su dueño;
- la tierra. Mediante este comando el animal interrumpirá su actividad en cualquier momento apuntando su hocico hacia la dirección que estaba siguiendo;
- el va es otro comando particularmente útil ya que advierte al perro que el cazador quiere que se reanude la acción, obviamente en la nueva dirección indicada;
- la parte de atrás. El perro percibió la orden que abandonará cualquier actividad y se colocará exactamente sobre los talones del dueño. Obviamente, este comando es particularmente útil si está tratando de acercarse a un jabalí al aire libre.
Pero los comandos por sí solos no hacen un addestramento que con mayor frecuencia se hace con el uso de vallas de varios tamaños. Los hay muy pequeños, medianos y grandes según las necesidades. En cualquier caso, el cazador providente, que ha decidido adiestrar al perro cuando aún es muy pequeño, tendrá un camino cuesta abajo por delante.
El entrenamiento puede comenzar después de que el perro tenga tres meses colocándolo dentro de un pequeño recinto donde se liberará un conejo. El animal asustado comenzará a huir y el cachorro aprenderá lentamente a seguirlo. Su objetivo será nunca perderlo divista. El ejercicio no debe realizarse para repetir al animal demasiadas veces, ya que exagerando se corre el riesgo de aburrirlo y por tanto incurrir en el efecto contrario.
Paralelamente al crecimiento del cachorro también crecerá la valla y el juego que te liberará por dentro. Evidentemente si te decantas por un jabalí es bueno tener cuidado de que sea de tamaño pequeño al principio ya que estamos hablando de un animal especialmente poderoso y astuto que podría herir al perro inexperto.
Con este entrenamiento, en el que el nivel de dificultad aumenta gradualmente, el perro estará listo para el seguimiento. verraco, pero obviamente también le sigue la liebre o el conejo.
Cuando se considere que está listo, se puede llevar al perro a un campo de caza sin vallas; el animal estará en compañía de otros perros y podrá adquirir valiosas experiencias en el campo. El consejo es combinar varios perros de la misma raza, dado que dada la uniformidad de la naturaleza, el trabajo seguramente resultará más fácil.
Evidentemente, el siguiente perro también tendrá que acostumbrarse al disparo de forma paulatina. Puede comenzar con una pistola de obturación disparando, acercándose cada vez más al disparo. Recuerda que un perro que no ha superado el miedo a disparar es un perro inutilizable durante cualquier tipo de caza.
Las razas utilizadas durante la caza del jabalí son numerosas, y entre las más apreciadas es imposible no mencionar al menos al Beagle Harrier, robusto, de fuerte musculatura y capaz de una búsqueda muy amplia con la que podrá rastrear el paso nocturno. Bien entrenado, también demuestra ser ágil y rápido en el seguimiento.
Esta raza también es particularmente valiente, especialmente cuando el jabalí carga el paquete. Es en esta ocasión donde se intuye toda su inteligencia: el perro podrá con astucia mantener la distancia adecuada para evitar colmillos y heridas.
Otra característica que no debe subestimarse es la capacidad del Beagle para adaptarse a cualquier tipo de terreno y la capacidad de no cansarse con tanta facilidad.
Todo esto se debe especialmente a sus patas, que son realmente robustas y están equipadas con unas almohadillas plantares particulares y correosas. Sea cual sea la raza que elijas, recuerda que el entrenamiento requiere tiempo, paciencia y sobre todo pasión.