La Confederación de Cazadores de la Toscana dirigió su atención a paloma común, un grave problema para los cultivos agrícolas pero también para la infraestructura y la higiene. El CCT recordó lo volátil que es una entidad de fauna por derecho propioee no puede asimilarse a las formas domésticas y salvajes. Se puede hablar de un "animal doméstico salvaje". La movilidad es muy buena, además de la adaptabilidad ambiental, características que permiten a la especie interactuar con una serie de recursos alimentarios que se encuentran dispersos por todo el territorio.
El principal peligro está representado por los excrementos: estos últimos corroen monumentos y degradan ciudades, sin olvidar las patologías que transmiten, a saber, salmonelosis, ornitosis, toxoplasmosis, encefalitis y tuberculosis. El daño no se produce en un solo período del añoo, pero van desde la siembra (octubre-diciembre y marzo-junio según los cereales) hasta la maduración y recolección (junio-julio y agosto-febrero). Por tanto, el control de las palomas es fundamental, al igual que la contribución de los cazadores. En el plan de control elaborado por la Región de Toscana se observa que la especie no ha disminuido a pesar del sacrificio.
La reflexión que propugna el CCT se refiere a la captura del ave, no solo a través de controles o autorizaciones especiales, sino también con la forma de caza tradicional. En consecuencia, la Confederación de Cazadores Toscanos solicitó a la Región el compromiso de buscar posibles rutas legislativas para permitir la recolección de la paloma al menos en los días previos a la apertura. Esto representaría una señal positiva para los agricultores y para todos los ciudadanos.