Todo el mundo estará al tanto de la campaña de muchas Provincias, áreas protegidas y asociaciones medioambientales en las que cualquier persona que se enfrente a un pequeño cervatillo, quizás agachado en la hierba alta, desconfía mucho de tocarlo o tratar de ayudarlo: lo haría en De hecho condenarlo a una muerte segura, ya que la madre, probablemente marchada en busca de comida o agua, una vez de regreso ya no reconocería el olor, abandonándolo.
Otro problema grave, lamentablemente aparentemente extendido, es el de los animales salvajes confiados, debido en particular al comportamiento irresponsable de aquellas personas que, por un sentido de castigo o simple atracción, por lo tanto casi siempre de buena fe y en el erróneo convencido de ayudar al espécimen de guardia, dejan comida en el suelo, especialmente en beneficio de zorros o jabalíes.
Un animal "impreso" (este es el término científico utilizado para los casos de animales jóvenes "adoptados" por los humanos), o en todo caso confiado a través de la comida, es peligroso para el hombre y para sí mismo: para el hombre porque, al no estar domesticado, es las reacciones nunca serán pronosticadas, y también podría causar involuntariamente accidentes desagradables, nada difíciles de imaginar en el caso, por ejemplo, de jabalíes o ciervos machos; pero también peligroso para sí mismo, porque acostumbrarse a comer de nuestras manos perderá significativamente la capacidad de procurar alimentos de forma independiente, especialmente en esos períodos de escasez invernal en los que no solo el bosque, sino también la propia especie humana es menos generosa y prefiere mantenerse caliente junto a una estufa.
Cada ecosistema tiene reglas estrictas que respetar, y los Parques luchan todos los días para asegurar que todas las especies vivan en hábitats hospitalarios que reúnan las características más naturales posibles; para ello conviene recordar que en la naturaleza, cada vez que un animal muere de hambre o en todo caso se debilita, se convierte en fuente de alimento y supervivencia para algún otro animal, quizás aún más raro y digno de conservación.
A raíz de algunos episodios desagradables registrados recientemente en nuestra área protegida, se decidió impulsar una campaña de disuasión generalizada que, en caso de que no se obtengan los resultados deseados, lamentablemente se traducirá en la captura y remoción real de aquellos ejemplares que, inocentemente pero a estas alturas irremediablemente, ya no muestran desconfianza hacia los seres humanos.
Por lo tanto, el Parque Nacional de los Bosques de Casentinesi recuerda a todos que alimentar a los animales salvajes significa transformarlos en especímenes que enfrentarán la captura, la eliminación, si no una vida en una jaula, o incluso la supresión. Por lo tanto, el Cuerpo Forestal del Estado, impulsado por la Autoridad del Parque, proporcionará un control aún más vigilante sobre estos episodios, infligiendo las duras sanciones previstas por la ley. Por el bien, en primer lugar, de los propios animales.
Octubre 10 2012
Fuente: ArezzoWeb