Veinticuatro meses sin poder utilizar el licencia de caza. 50 años de país, en la provincia de Treviso, se vio obligado a dejar la caza durante dos años debido a una fuerte acusación, la de haber disparado algunos tiros a otros cazadores, presuntos "rivales". Las investigaciones sobre el hombre llevaron a la acusación y luego a la suspensión e requisición de la licencia portuaria del rifle.
La defensa siempre se ha basado en el desconocimiento de la presencia de otras personas en la zona y ahora los jueces han accedido a la de 50 años. En 2016 esta persona había realizado algunos disparos que se creía que eran de advertencia y no a la altura de la cabeza, aunque lo suficientemente cerca como para asustar a los cazadores. La denuncia de este último se había basado en el deseo actual de poner a los rivales a la fuga, como si el hombre considerara la zona como una reserva personal.
El sospechoso siempre ha explicado que no había visto a nadie y que solo había disparado una vez. El golpe, sin embargo, sirvió recordar los perros que estaban a punto de invadir una finca privada. Los animales no tenían intención de volverse atrás y se necesitaba algo para llamar su atención. La absolución llegó luego a los tribunales tras la extrañeza de los hechos.