Recientemente, en la hermosa iglesia parroquial de Bagnoli della Rosandra en el municipio de San Dorligo della Valle (TS), dedicada a San Juan Bautista, la sección Federcaccia de Venezia Giulia, en colaboración con Drustvo slovenskih lovce "Doberdob" (Asociación que une a los cazadores de la lengua y la cultura eslovenas) y UNCZA (Unión Nacional de Cazadores de los Alpes) han honrado su patrón San Hubert, con una santa misa celebrada por Don Samuele Cecotti. La participación de los cazadores fue muy densa, todos vestidos con traje tradicional y con gran simpatía encontraron los cetreros de laUnión Nacional de Cazadores y Cetreros con cuatro halcones firmemente sujetos al brazo de su amo, así como los dos cazadores con sus respectivos brazos. La celebración, a la que también asistió el Alcalde del Municipio de San Dorligo della Valle (TS), fue introducida por el párroco de Bagnoli della Rosandra don Klemen Zalar quien trajo la bendición y mostró a los cazadores la cercanía y la simpatía de su comunidad.
Precisamente para dejar claro el sentido de unidad entre todos los cazadores, la misa encontró la formulación bilingüe de las lecturas y estuvo animada por la música de órgano y el coro parroquial femenino que cantó canciones en esloveno. En la iglesia, frente al altar, según la tradición secular, se creó una composición con un gran trofeo de ciervo, colocado sobre un manto de ramas de abeto, para conmemorar la aparición que había el joven y noble Uberto, en el bosque de las Ardenas un Viernes Santo del siglo VIII, cuando decidió salir a cazar incumpliendo el deber de penitencia. En medio de un bosque de abetos, un gran ciervo se le acercó, como si quisiera desafiarlo, y Uberto vio que llevaba una cruz luminosa sobre su cabeza; En ese momento una voz imperiosa le ordenó que se convirtiera, di dedicate a la evangelización de esas tierras y entregarse a los más necesitados con obras de caridad. Uberto quedó muy impresionado por ese hecho y desde ese momento cambió su vida.
El que pertenecía a la familia merovingia y que tenía el poder y todas las comodidades derivadas de su escudo de armas, se dedicó en cambio a una intensa labor de evangelización en esa parte de Norte de europa todavía bajo una fuerte influencia pagana. Su obra misionera estuvo siempre animada por una gran preocupación cristiana por los más pobres y donde encontró familias necesitadas, no escatimó en ir a cazar o pescar él mismo para obtener el sustento necesario. Todavía es un santo muy querido en Flandes hoy.. Estos episodios, ricos en conexiones históricas, fueron recordados en la homilía de Don Samuele Cecotti, quien no dejó de resaltar el segundo relato de la creación, tal como lo recoge el libro del Génesis, cuando el Señor trae al hombre la posibilidad de dar nombres a animales, plantas y objetos con la responsabilidad precisa del cuidado, manejo y cultivo de la Creación.
Es de ese mandato divino real a Adán que encontramos el nacimiento de la caza y la agricultura como una actividad para mantener los equilibrios naturales necesarios tripulados por una cuidadosa responsabilidad humana. Antes de que se leyera la bendición, oración del cazador de montañas en el que agradecemos a Dios por poder realizar la práctica de caza; se le recuerda el significado y el valor del sacrificio de animales en beneficio de su participación entre los hombres. Después de la celebración de la Misa, todos los participantes se dirigieron a una sala de recreo cerca de la iglesia para un agradable momento de convivencia en el que las esposas de los cazadores les ofrecieron bolsas de castañas asadas y una buena copa de vino. Como noticia cabe destacar que la fiesta de San Huberto es recordada por la Iglesia Católica el 3 de noviembre, pero en la diócesis de Trieste ese día toda la atención litúrgica sólo puede dedicarse a San Giusto y hasta los cazadores se adaptan a ella trasladando la memoria de Sant'Uberto a otra fecha.