El juez de paz Carlo Francesco Tombolini Montessori ha anulado 19 penalizaciones para tantos cazadores que en octubre de 2020 se habían visto multados por dos agentes de la comisaría de carabineros de Camugnano (provincia de Bolonia). La noticia causó mucha discusión sobre todo entre los aficionados a la caza de la zona, también porque en la base de la informes incorrectos parece haber habido una serie de espinas personales. En el centro de la historia está el equipo local de beltlai llamado 'Il Grifo delle Torbole' que reúne a las personas que viven en los municipios de Castel di Casio y Camugnano. Normalmente este grupo prepararía su chiste asesino con una fiesta de convivencia, prohibida en ese período de 2020.
De manera más general, también se prohibieron las reuniones en espacios cerrados, pero como la sede del grupo era lo suficientemente grande, la reunión se llevó a cabo allí. Mientras los cinturones decidían cómo organizar la broma, llegó la inspección: a pesar de que todos los participantes llevaban mascarillas, se había enviado un informe a la prefectura para las medidas correspondientes. Luego, el informe condujo a 21 multas de unos 400 euros y si 2 cazadores preferían pagar la pena reducida, los demás no estaban y comenzaron la batalla legal contactando a la abogada Marta Evangelisti.
Al admitir el recurso, el juez de paz consideró que esta reunión era indispensable para la forma en que se caza de jabalí, además dadas las diversas normativas al respecto. Los cazadores locales estaban, por tanto, ejerciendo una actividad permitida por la Región, incluso en tiempos de Covid, una actividad cinegética que también era necesaria, especialmente en ese período, ya que la anterior suspensión de la práctica de la caza, había aumentado considerablemente el número de jabalíes en todo el monte, llegando incluso al interior de los centros habitados. Los daños fueron significativos y siguen manteniendo abierto el debate (Il Resto del Carlino).