“La posibilidad por parte de reservas de juego o distritos de caza para contribuir a mercadeo de juego se concreta hoy gracias a este trozo de camino para la creación de cadena de suministro de carne de monte certificada iniciada hace años y que considera a la fauna como una oportunidad a ser aprovechada también desde el punto de vista de la venta de carne en el mercado”.
Así lo ha anunciado el Concejal de Recursos Agroalimentarios y Forestales de Friuli-Venecia Julia Stefano Zannier, sobre la aprobación por el Ejecutivo del reglamento rector los criterios y procedimientos para la concesión, desembolso y notificación de las contribuciones a las asociaciones de cotos de caza para la compra e instalación de células frigoríficas dedicadas a la conservación de la caza muerta en el coto cinegético al que pertenecen, para promover la creación de centros de acopio de los restos a conservar para su posterior envío a los centros de elaboración cárnica.
“Es - explica zannier - el último paso de un proceso iniciado con el establecimiento de cursos de cualificación para 'cazadores entrenados' de conformidad con la legislación europea, cursos en los que los operadores de los Cuerpo Forestal Regional (Cfr) involucrados en operaciones de control de fauna, para luego pasar al financiamiento de la construcción de centros de sacrificio para la vida silvestre: el primero en estar operativo es el de Prosecco, seguirán otros que continúan con las obras.
Por último, la normativa vigente ahora permitirá la construcción de centros intermedios de acopio en celdas refrigeradas”. En cuanto al Cfr "se realizó recientemente -anunció el comisario- una manifestación de interés para ubicar un matadero, autorizada para el manejo de fauna silvestre, disponible para recibir los animales recolectados en control de fauna, permitiendo así venderlos dentro de una cadena de suministro certificada desde el punto de vista sanitario y no tener que conferirlos para su disposición. Por lo tanto, esto podría conducir -especifica Zannier- a la eliminación de una práctica éticamente inaceptable, como la disposición de los animales capturados, y al mismo tiempo la creación de una primera cadena de suministro que también pueda servir de referencia para aquellos que se espera surjan de la fauna capturada en la caza” (Fuente: Región de Friuli Venezia Giulia).