En las últimas horas estamos presenciando algunos regiones ubicado en la zona naranja para otorgar la posibilidad de viajar entre municipios para proceder con las operaciones de control y para la caza de jabalí, tanto en forma de caza como de turno. Consideremos este el primer paso para extender la posibilidad de caza a todos los cazadores residentes en la región donde sea que tengan derecho - puesto fijo ubicado en otro municipio; caza en Atc que no incluye el municipio de residencia; el acceso a los granjas de caza y caza de vida silvestre, etc ... - y esperamos que este proceso se complete lo antes posible y sea adoptado por todas las administraciones regionales.
De hecho, si los miembros de un equipo colectivo de caza de jabalíes o los autorizados a tomar contención pueden superar la límites municipales para llevar jabalí, nos parece natural pensar que nada se les puede decir a quienes en lugar de la persecución suide, por ejemplo, faisanes y becadas. Las posibilidades de contribuir a la propagación del virus no cambian según la caza que se persiga. Como seguimos repitiendo desde el principio, la caza se practica en amplios espacios abiertos, alejados de áreas habitadas y artificiales, la mayoría de las veces en forma individual o con un número de personas como para poder mantener, precisamente por estar al aire libre, una distancia interpersonal muy superior a la recomendada por todos los protocolos.
Por lo tanto, no existen razones científicas, médicas y de sentido común para prevenirlo. Y no es casualidad que de hecho la caza no ha sido suspendida por el Dpcm, pero solo se vuelve difícil o imposible debido a los límites de viaje. Un problema que estamos convencidos de que las Regiones -y no es casualidad que recurramos a la Conferencia de Regiones y Provincias Autónomas precisamente para afrontarlas- pueden solucionarlo. Por tanto, agradecemos a las Regiones que han decidido contratarse la responsabilidad de autorizar una desviación de la interpretación generalmente dada a la Dpcm, considerando que cualquier avance, incluso parcial, puede conducir a determinaciones posteriores, más completas y satisfactorias.
Eso sí, si la cosa se quedase limitada a buscar una reparación por los daños causados por los jabalíes a los cultivos, al tráfico rodado o en función de la única defensa contra zoonosis como la peste porcina, no encontraría nuestra satisfacción. Por lo tanto, debemos ir más allá y no detenernos en este punto: las soluciones parciales que no reconozcan la misma dignidad a las diversas categorías de cazadores no son aceptables. Ahora, por tanto, es necesario que las Regiones tengan el coraje para seguir el camino emprendido, también actuando sobre el Gobierno, para permitir un desempeño de caza plenamente satisfactorio incluso dentro del contexto de las regulaciones emitidas para proteger la salud pública.