La introducción en los últimos meses de los primeros Plan de control de jabalíes a Rávena había obtenido el aplauso de las asociaciones de agricultores, satisfechas con la aceptación de sus solicitudes y la posibilidad brindada a los agricultores de frenar los daños causados por la proliferación de animales salvajes y las incursiones en sus tierras. Pero obviamente la medida adoptada no fue compartido por todos ya que a finales de julio se interpuso un recurso ante la TAR de Emilia Romagna contra la Provincia de Rávena solicitar la cancelación después de la suspensión; apelación por la que comparecerá el organismo de Viale dei Caduti a través de las abogadas Livia Molducci y Amalia Cavallo.
El objeto de la disputa es el Plan que también se presentó por primera vez en Ravenna de forma experimental y que permite, por un lado, la autoprotección de los ganaderos perjudicados por el paso de los jabalíes y, por otro, permite detener la proliferación de animales salvajes. Una medida que tiene repercusiones que no se limitan al interés de los agricultores, en particular los de la zona de serranía y piedemonte; de hecho, se han avistado ejemplares de jabalí con una frecuencia cada vez mayor incluso en las zonas de tierras bajas, con los consiguientes riesgos relacionados con la propagación de la peste porcina y los relacionados con la tráfico en la carretera: si los accidentes que involucraron ungulados en Rávena entre 2012 y 2018 involucraron principalmente corzos y gamos, en 4 ocasiones (de los 72 accidentes comprobados) se produjeron colisiones con jabalíes.
No cabe duda, sin embargo, de que para sufrir las consecuencias de su proliferación los más tanto el sector agrícola. Por ello, en aplicación de la legislación autonómica, la Provincia también ha adoptado un plan de control del jabalí, cuya ejecución tiene en primera línea a la Policía Provincial. Plan que se suma a las matanzas relacionadas con la caza en la selección y actividad cinegética y que por ello el cuerpo de Plaza dei Caduti destinado a regular. De hecho, hay peculiaridades que distinguen la autodefensa de la caza real; en primer lugar la ausencia de limitaciones en cuanto a tiempos y días para implementar la primera (siempre que el propietario o arrendatario del inmueble solicite autorización a la Policía Provincial), si bien existen requisitos específicos como la posesión de una licencia de caza y, en particular, la titularidad de la de jabalí.
En estas condiciones, los agricultores directos pueden intervenir directamente en defensa de sus producciones. A diferencia del agricultor (o el empleado o familiar) sin calificaciones debe solicitar la intervención de los hermanos (cinturones). De hecho, el objetivo es evitar que demasiadas personas armadas estén presentes en el territorio al mismo tiempo, que pueden no conocer el área (por esta razón los beltlai autorizados deben estar inscritos en los equipos que pueden operar en el territorio). Una medida que también persigue la protección de la seguridad ciudadana y en la que se ha encontrado casi todo el mundo de acuerdo. Casi, de hecho (Mensajero Romaña).