El trofeo, parte integral de la caza, es una ciencia con sus propias reglas y características que todo cazador debe conocer para aprender a evaluar, leer y construir trofeos de calidad y belleza.
Los trofeos y trofeos en general han tenido significados importantes y de gran valor en todas las épocas, tanto que hasta el día de hoy, cuando te colocas frente a un trofeo, las sensaciones y emociones que sientes son variadas y van de la incredulidad a la admiración, desde miedo a la atracción y respeto casi religioso.
El húngaro Herbert Nadler, que a lo largo de su vida trató de medir y catalogar esa vaga percepción de la belleza que cada uno de nosotros saborea mientras admira un trofeo, creó la ciencia que hoy llamamos trofeo. Después de él, numerosos congresos internacionales han establecido reglas generales que periódicamente son profundizadas y preservadas por la CIC, y que permiten perfeccionar día a día la metodología de evaluación.
Tanto es así que hoy en día el trofeo se ha convertido en parte integrante de la misma actividad cinegética a la que se suma y adquiere un vago valor técnico-científico que ayuda a gestionar la colección cinegética, convirtiéndose en efecto en una herramienta didáctica que encuentra su máxima expresión durante el exposiciones. En estos no solo participan los aficionados a la caza, quienes también quedan fascinados por un arte tan fascinante que también demuestra ser un medio de publicidad y fortalecimiento de la relación entre cazador, territorio y población.
Los cérvidos, vertebrados, mamíferos y rumiantes, pertenecientes a la superorden de los ungulados (que caminan sobre las uñas) gozan de una particular fascinación e importancia por el trofeo, con un lote de cuatro dedos en cada pata que apenas tocan el suelo mínimamente. Es por esta característica que se les llama artiodáctilos.
Tanto el ciervo (cervus elaphus), el gamo (dama dama) y el corzo (capreolus capreolus) como el alce (alces alces) responden a esta descripción. Entre las características en común que poseen estos animales, la más interesante es sin duda la de tener cuernos hechos de hueso macizo, que cada año caen y se reforman. Es precisamente por ello que se les define como caducorns, característica que es exclusivamente característica de los ejemplares masculinos.
El cráneo de estos mamíferos tiene dos pequeñas protuberancias o extensiones del hueso exactamente en la parte superior del cuello uterino que científicamente se denominan tallos. Es a partir de estos que cada año crecen masas óseas que adoptan diversas formas y se denominan astas. El recubrimiento de piel, llamado terciopelo, se atrofia solo al concluir el crecimiento de las astas y a partir de este momento el animal se deshace de ellas, frotándolas sobre las plantas y finalmente dejando el hueso completamente desnudo. No es casualidad que la operación tome el nombre de limpieza y deje las cajas blancas al principio. Estos se colorearán y oscurecerán lentamente debido al contacto con jugos vegetales, taninos y resinas. El contacto está garantizado a la hora de frotar, tanto es así que al final del proceso el esqueleto habrá adquirido un color marrón intenso que dará de inmediato una idea de la fuerza y salud del animal.
Es exactamente la etapa del animal que constituye el trofeo, que durante la temporada es principalmente utilizado por el animal para imponer roles y jerarquías dentro del grupo, especialmente durante el período de apareamiento. Al final de este período tan particular, se produce el vaciado, es decir, la caída del escenario por la erosión de su base, que pierde consistencia. Inmediatamente después de la caída los tallos comienzan de nuevo con su constante proceso de formación para el nuevo año.
Es bueno recordar que leyendo la etapa del venado podríamos obtener información sobre la salud y la fase evolutiva del animal. Si estos son delgados, pequeños y poco ramificados, nos encontramos ante un animal joven, en los primeros años de vida. En este caso hablaremos de fusoni o primeras cabezas. A medida que el animal crece, incluso la etapa se vuelve más consistente, amplia y fuertemente ramificada. El máximo desarrollo de la etapa solo ocurrirá cuando el animal haya alcanzado la madurez sexual.
Después de eso, el desarrollo de la etapa solo retrocederá cada año en un proceso inverso que hará que el marco se debilite y se ramifique menos. En este punto nos encontraremos frente a un animal que envejece lentamente. A través del trofeo, por tanto, no será posible dar una edad precisa del animal sino saber a qué clase pertenece. Son tres: subadultos, adultos y ancianos.