Obviamente decepcionado por el hecho de que finalmente el Región de las Marcas está concluyendo el nuevo Plan de Caza de Vida Silvestre y, por tanto, la principal excusa de los continuos llamamientos contra la actividad cinegética, las habituales siglas anti-caza -incluyendo Wwf y Lipu, a pesar de declararse públicamente no contrario a la práctica de la caza - publicar una serie de consideraciones sobre los datos de baja, correctamente incluidas en el propio borrador del Plan. En lugar de aplaudir que la Región finalmente cuente y publique estos datos, fundamentales para el manejo de la fauna, el anti-caza se aventuran en evaluaciones y cálculos desprovistos de todo rigor científico, seguidos de conclusiones extrañas y claramente orientadas para crear preocupaciones infundadas. Enfrentar la emocionalidad con los hechos no siempre es fácil y requiere tiempo y espacio para ser mencionado. los profetas del animalismo no necesitan, pero aún tratamos de responder en puntos sintéticos a su alarmismo ideológico injustificado.
1. Definir "Daños irreversibles a la biodiversidad" los causados por cazadores con caza es una falsedad que encuentra respuesta inmediata en los datos favorables de tendencias plurianuales de las poblaciones de muchas especies de aves migratorias cazadas, tanto en Europa, tanto en Italia, como en la región de Las Marcas. Entre estos también el estornino, objeto de caza en derogación en la Región de Las Marcas por daños a los cultivos agrícolas, muestra una estabilidad de las poblaciones reproductoras en la Región, de 2000 a 2017. También la paloma torcaz y la tórtola, objeto de pre La apertura de la caza desde hace décadas, siempre muestra un aumento en el territorio regional. Podríamos continuar con los datos europeos e italianos de codorniz, zorzal común, cerceta, pato real, becada, batidor, etc. etc., pero creemos que los ejemplos anteriores son suficientes para aclarar la vacuidad del contenido del comunicado anti-caza, y la superficialidad tendenciosa con la que estas siglas abordan el tema del manejo de la vida silvestre.
2. Asimismo, el lenguaje alarmista utilizado con respecto a los datos de retiro es completamente infundado. Tomando el ejemplo de la transferencia, y utilizando la cifra más alta proporcionada de 114.108 animales sacrificados en 2016, en comparación con la estimación más baja de la transferencia en Europa de 57.700.000 individuos, obtenemos una incidencia de la retirada en las Marcas del 0,2, 60%, cuando la mortalidad natural de la especie ronda el XNUMX% anual. No importa ser científico darse cuenta de que representa un porcentaje que a nivel demográfico no tiene impacto en la población.
3. Llegando al problema de plomo, todavía nos encontramos con tonos bizarros y catastróficos mientras que la realidad evidente y científicamente demostrable es que en décadas de uso de munición tradicional no ha surgido en los últimos años ninguna patología atribuible al envenenamiento por plomo contenido en cartuchos ni entre los consumidores habituales de caza ni en los que no lo hacen. se alimenta de ella y vive en el campo. Una vez más, el uso de las palabras "efectos devastadores sobre la salud pública" tiene sólo un miserable propósito alarmista, completamente sin fundamento.
4. Las asociaciones anticaza evitan cuidadosamente señalar que los cazadores, y con ellos los de la región de Marche, invierten decenas de miles de euros al año de su propio bolsillo en mejoras ambientales, en la restauración y conservación de humedales, en el seguimiento de la fauna y en la investigación en general. Todo por su cuenta y sin solicitar aportaciones a los organismos públicos, por el contrario actividad muy popular entre los firmantes del comunicado de prensa.
Lo que surge sobre todo de la lectura del artículo es la falta de conocimiento de las bases fundamentales relacionadas con el manejo de los recursos naturales y la vida silvestre con cifras que si se toman individualmente podrían parecer importantes pero que si se refieren como un porcentaje del recurso ciertamente serían insignificantes. o en todo caso sostenible, como lo demuestran los datos de tendencias de las especies de caza.
Una conclusión clara surge de lo anterior: asociaciones anti-caza, y con ellos tambien WWF y Lipu, no son interlocutores creíbles para el manejo de la vida silvestre, ya que se guían exclusivamente por una aversión ideológica a la caza dirigida a la abolición total de esta actividad.