En los últimos días se llevó a cabo la Conferencia Mundial del Clima en París, más de 200 jefes de estado y de gobierno y muchas organizaciones mundiales se reunieron para discutir nuevas estrategias para reducir el calentamiento global. La pregunta que surge espontáneamente a muchos se puede resumir así: ¿están jugando a ser Dios? Sinceramente no sé si tratan de hacer Dios, si el calentamiento global es un proceso independiente de nuestra voluntad o de nuestras acciones. Evidentemente gran parte de la ciencia está segura de lo contrario, lo sabemos bien. Sin embargo, la historia de la tierra nos ha enseñado que cuando el hombre aún no quemaba petróleo y no liberaba gases nocivos a la atmósfera, se producían enormes trastornos climáticos, tanto por sobrecalentamiento como por enfriamiento. Pero como todos, por supuesto, espero que las soluciones que están estudiando sean las correctas. Mientras tanto, solo hagamos una reflexión desde nuestro punto de observación, que es verdad no es científico, pero no deja de ser privilegiado ya que vamos todos los días al campo.
En los últimos años hemos asistido a un rápido cambio en los hábitos de los animales: las palomas torcaces anidan cada vez más en nuestro país y se disparan en el campo en septiembre, por poner solo un ejemplo. La migración es cada vez más un misterio inexplicable. Este año, en noviembre, disparé algunas codornices hermosas, mientras que las becadas se han visto pocas y dispersas. Zorzales con cuentagotas, como las propias palomas torcaces, por supuesto, las de paso, que según cuentan los apasionados y especializados cazadores “pasaron todas en un día”. Como sabemos, los Cesene están esperando el frío y al menos por ahora no ha aparecido ni uno ni otro. En definitiva, incluso los simples cazadores que vivimos nuestra pasión en estrecho contacto con la naturaleza solo podemos constatar que el cambio climático está ahí y también es evidente. Mientras todo se mueve, sin embargo, hay algo inmutable: la política y sobre todo la caza. En nuestro país los calendarios están clavados a criterios puramente políticos y no tienen en cuenta la dinámica de las especies, tanto positiva como negativamente en cuanto a los periodos de muestreo. Sería más adecuado tener un cierto grado de flexibilidad en relación con la estación, el clima, las circunstancias específicas. La caza siempre se ve como un factor casi perturbador, una especie de mal necesario. Sin entender que la caza y los cazadores modernos son elementos fundamentales para el equilibrio de las especies y la biodiversidad. Lamentablemente, nuestras asociaciones de cazadores pierden demasiado tiempo y demasiados recursos discutiendo entre sí, luchando por una carta extra. En cierto momento parecía que hablábamos de unidad, de coordinación nacional, de una estrategia común y obviamente de mayor fuerza, pero hasta el día de hoy, además de las bellas palabras, registramos un punto muerto.
El período festivo, sin embargo, nos obliga a ser optimistas, la Navidad ya está aquí y el 2016 ya casi está aquí. Así que citando al gran Lucio Dalla debemos esperar que el año que viene traiga una transformación y ya estamos todos esperando... Bajo el árbol de navidad encontraremos alguna becada más, el zorzal zirlo alegrará nuestros amaneceres, y nuestros políticos todos vestidos como Papá Noel nos traerán cestas llenas de setas, palomas torcaces y patos.
El año que viene en un año pasará…. estamos preparando esta es la noticia. Mucha suerte a todos y una sincera Feliz Navidad y un 2016 lleno de todo lo que queráis.
Federico Cusimano