Vida silvestre al borde de la carretera
Las fiestas navideñas son una época caracterizada, como es bien sabido, por una notable afluencia de turistas dentro del país parque. Muchas personas vendrán a alojarse a los pueblos del Área Protegida y otras tantas elegirán el Parque como destino para pasar el día. Algunos zorros ahora se pueden observar fácilmente a lo largo de las arterias que cruzan el parque. Estos animales salvajes se detienen al borde de la carretera, esperando a que algún cliente se detenga y decida dejarles algo de comida a cambio de fotos y vídeos. Mucha gente cree que estos zorros buscan ayuda, están enfermos o desnutridos. Lamentablemente la realidad es muy diferente. Estos comportamientos les fueron literalmente ENSEÑADOS por muchas personas que con el tiempo continuaron confundiendo a estos zorros con animales domésticos y ellos, notoriamente "inteligentes", aceptaron la comida porque simplemente era más conveniente. Estos son ahora animales salvajes confiados y condicionados por la comida que les da el hombre, desarrollando una dependencia real de esta "forma" de nutrición. Un hábito que probablemente también transmitan a su descendencia.
Buenas intenciones y no conocimiento.
Es difícil cuando tienes buenas intenciones de no alimentar, incluso si hay gente que sabe bien que no alimentan a los animales salvajes pero lo hacen de todos modos porque la cara del zorro frente al teleobjetivo mola en las redes sociales. . Las buenas intenciones, sin embargo, son el resultado de desconocer los animales salvajes y los equilibrios naturales. Los mismos que subvertimos cada vez que interactuamos sin conocimiento de los hechos. Os pedimos, por tanto, que antes de ceder a las emociones, utilicéis la racionalidad y el conocimiento, sólo así estaréis seguros de hacer lo que es bueno para los animales salvajes. Si todo el mundo dejara de alimentar a los zorros, ya no los encontraríamos en las carreteras y no al revés.
Las reglas a seguir
Si realmente amas a los zorros, ten en cuenta estas sencillas reglas:
1) nuestra comida puede ser un verdadero veneno para ellos y favorecer la aparición de enfermedades;
2) esto puede hacerles perder su inclinación natural a obtener alimentos en la naturaleza, aumentando la probabilidad de muerte durante períodos de baja afluencia de turistas;
3) al detenerse permanentemente en el borde o en el centro de la carretera, las posibilidades de ser atropellado por un automóvil aumentan drásticamente, y lamentablemente esto es lo que sucede a menudo cuando todos los que los alimentaron permanecen tranquilos en sus casas.
Si estos motivos no bastan para convencer a alguien, se recuerda que quien se acerque a un zorro detenido al borde de la carretera y lo atraiga dándoles comida puede ser sancionado administrativamente de conformidad con el art. 30 (perturbación de la fauna), apartado 2, Ley 394/1991 (integrada por el art. 4 de la Ordenanza del Parque de 13 de agosto de 2020 sobre accesibilidad y uso turístico del Parque). La multa puede alcanzar hasta 1032 euros (fuente: PNALM).