Una historia que duró más de tres meses. El Ministerio Público estimó el recurso de apelación de un cazador de 36 años de Posina, en la provincia de Vicenza, a la que se incautaron diez cañones el pasado mes de octubre. El hombre había sido denunciado suelto por los Carabinieri, intervino siguiendo una pelea entre el mismo cazador y otras tres personas. El hombre de 36 años había ido a cazar con un primo, solo para ser atraído por música a todo volumen que estaba asustando a los pájaros. Como resultado, había salido de una choza de su propiedad para comprobar qué había sucedido, encontrándose frente a un hombre y dos mujeres.
Los tres estaban en contra de la caza y la discusión había sido inevitable con los oponentes que habían traído a los Carabinieri. El cazador llevaba consigo dos fusiles, ambos abiertos y descargados y siempre dejaba claro que nunca había amenazado a nadie: los militares habían logrado calmar a las partes, pero dos semanas después hubo una denuncia de los tres, la cual dijeron que habían sido amenazados y encontré los cables estéreo desconectados.
La incautación de armas había sido inevitable, pero la apelación probó la razón de 36 años. Los fusiles fueron devueltos ya que la investigación hablaba de una simple amenaza y no agravada por armas, además los anti-cazadores no se habían quejado de nada cuando llegaron los Carabinieri. El cazador ha denunciado ahora a los tres por perturbación de la actividad de caza, como lo requiere la nueva ley.