El daño creciente a la agricultura, el mayor riesgo de accidentes de carretera y el peligro de propagación de la peste porcina africana hacen imperativo cambiar el ritmo en las medidas para contener el número de jabalíes». es la llamada de Giampaolo Maloberti, consejero provincial de la Liga a Piacenza, que aboga por un cambio decisivo e inmediato en las elecciones sobre este delicado tema: «A través de encuestas realizadas con drones, se constató que la presencia de ungulados, además de ser cada vez más constante, resulta sedentaria.
Hoy pude ver personalmente el daño que estos animales hacen en los campos de maíz recién sembrados: quedaron literalmente arrasados. Todo esto en la cara del Ministro Patuanelli que pide un «plan del maíz», dado que a raíz de la guerra de Ucrania no tenemos suficiente». «La paralización prolongada de las actividades cinegéticas y de muestreo a través de los planes de control autorizados, decidida tras el descubrimiento en otras regiones de los primeros casos de PPA, permitió que los ungulados -prosigue Maloberti- se multiplicaran sin freno y dificultó aún más una situación que ya era muy complicada, acercándola aún más a los límites de la insostenibilidad.
No es casualidad que se multipliquen las solicitudes de autorizaciones para intervenir en "defensa propia" y "a su vez" (por lo tanto en equipos) para matar a los jabalíes supernumerarios, pero dudo que sea suficiente: es necesario eliminar algunas restricciones burocráticas demasiadas e implementar masivamente los gravámenes, obviamente garantizando la seguridad de todos los ciudadanos durante las intervenciones». «Se ha nombrado un Comisionado Extraordinario para la Peste Porcina Africana - continúa el exponente de la Liga. El decreto ley 9/2022 prevé que cada región adopte su propio plan: Espero que la Región de Emilia-Romaña intervenga rápidamente, adoptando las medidas necesarias también desde el punto de vista de los recursos económicos, para grabar de forma rápida y eficaz para normalizar el número de jabalíes.
Su excesiva presencia se evidencia en los daños a las tierras agrícolas (y no sólo) que ahora se reportan, como se mencionó, en varias zonas de la provincia. Ellos deben ser evitar los riesgos evidentes para la seguridad vial lo antes posible -y por tanto para la vida de las personas- vinculado a la presencia de demasiados ungulados errantes, así como al evidente peligro de que el exceso de animales incremente también los riesgos sanitarios de la PPA en nuestro territorio, y en consecuencia el impacto económico que la epidemia podría acarrear para El conjunto sector porcino, con consecuencias muy pesadas para muchos negocios y por ende para el trabajo y la serenidad de muchas familias”. “A la luz de todo esto -concluye Maloberti- es justo elogiar el mundo cinegético: los cazadores, muchas veces criticados sin motivo alguno, debemos dar las gracias porque, incluso participando en los planes de control, están prestando un servicio fundamental para la toda la comunidad, incluida la parte de ella que finge no saber».