El 31 de diciembre, la prórroga de una decisión de hace diez años de la Comisión Europea relativa a la derogación de la prohibición del uso de determinados pájaros señuelo en la caza. Estas son las aves que forman parte de los órdenes de los anseriformes (incluidos algunos tipos de gansos) y de los charadriformes (como becadas, gaviotas, charranes y playeros). La prohibición fue extendida por Bruselas el 19 de octubre y será válida en Italia hasta el 31 de diciembre de 2017. ¿Qué significa esto exactamente?
Esta decisión preveía la posibilidad de renunciar a la prohibición del uso de señuelos vivos en la caza mediante la adopción de medidas de vigilancia bastante estrictas. La derogación se suspende cuando la situación epidemiológica empeora y se convierte en un grave riesgo para la salud debido a la propagación de los virus de la influenza. Las aves silvestres mantienen gran parte de los virus de la influenza aviar en el medio ambiente, que luego se propagan a las granjas avícolas intensivas, causando daños económicos y sanitarios.
Las aves migratorias, por otro lado, propagan el patógeno en poblaciones de patos que hibernan. Además, ciertos comportamientos de los cazadores pueden representar un riesgo adicional para la propagación de estos virus. Es por eso que el uso de aves como llamadas vivas en la caza puede convertirse en un grave peligro para la introducción de virus de las poblaciones silvestres a las domésticas.
Con la publicación en el Boletín Oficial, se permite la derogación de la prohibición en Italia hasta finales de 2017, siempre que se respeten las condiciones establecidas por un protocolo operativo. En primer lugar, está la cuestión de la trazabilidad y la trazabilidad: para prevenir la enfermedad, las aves utilizadas como llamadas en vivo deben ser rastreables y rastreables. Se solicita a los cazadores un documento específico para conocer el estado de salud de las aves y se deben registrar todos sus movimientos. A continuación, todo debe comunicarse a la Provincia para actualizar la base de datos nacional.
El otro aspecto fundamental es el de la llamada bioseguridad. La gripe aviar se puede prevenir separando las llamadas en vivo de las aves de corral criadas en el hogar. En consecuencia, los señuelos se mantienen en diferentes recintos, tanto desde el punto de vista estructural como funcional, en comparación con los de las aves de corral. Los cazadores están obligados a evitar cualquier tipo de contacto entre los señuelos utilizados en la caza, además, su transporte debe realizarse en contenedores lavables con fondo sellado, para ser utilizados únicamente por este motivo. Las aves encontradas muertas o sacrificadas al final de la temporada de caza deben ser controladas y sometidas a autopsia y las muestras necesarias para buscar virus de influenza.