Atractiva ave nocturna, debido a la escasa investigación en campo, aún hoy la becada hace un misterio de su dinámica migratoria, compleja y sugerente que mueve a millones de cazadores durante las temporadas intermedias.
Más conocida por el fascinante nombre de Reina de los Bosques, la becada es muy conocida en toda Europa, Asia y en las islas bañadas por el Atlántico en las que suele anidar. Italia también se siente honrada con su presencia, especialmente durante el otoño y la primavera.
Caracterizado por un plumaje rojizo que no presenta mayores diferencias entre ejemplares machos y hembras, este resulta altamente mimético y ayuda a la becada a encontrar refugio seguro entre las hojas secas.
Te sorprenderá descubrir que a esta ave, cuyo peso puede oscilar entre los 320 y los 450 gramos, le encanta vivir en el suelo y prefiere la soledad a la compañía. Se puede encontrar con cierta sencillez en los bosques, hábitat predilecto de la becada, en el sotobosque y en general en ambientes donde se presente cierto grado de humedad.
No sería un error llamarlo ave nocturna ya que por la mañana descansa protegido por el bosque, mientras que la noche se mueve y caza. Se alimenta principalmente de larvas y anélidos y su cría típica dura entre 20 y 22 días. Inmediatamente después del apareamiento, la hembra construye un pequeño nido donde normalmente no se pondrán más de 4 huevos y la hembra seguirá cuidando a los polluelos exclusivamente durante no más de un mes.
Un aspecto particularmente interesante de la becada es el relacionado con sus movimientos y sus rutas migratorias anuales. Es bueno subrayar que no existen estudios en profundidad al respecto y que la mayor parte de la información disponible en la actualidad está relacionada con los datos obtenidos del ringing. Entre las investigaciones más interesantes realizadas sobre los movimientos del ave, la financiada por la Universidad de Oxford desde 2008, dedicada a la profundización de la "Migración y ecología invernal de la becada euroasiática".
El estudio en cuestión mostró que el 90% de la población europea de becada anida principalmente en Rusia, Bielorrusia y Escandinavia, sin despreciar a Finlandia, Suecia, Noruega, Polonia y los países bálticos y en una medida casi insignificante (en comparación con otras regiones) en Italia.
El estudio inglés se centra principalmente, como es obvio, en las migraciones que afectan a las Islas Británicas, destacando la tendencia hacia una migración a corto plazo que involucra a Inglaterra e Irlanda. También está bien documentada la migración a corto plazo que ve a las becadas del interior francés como protagonistas que se mueven más al sur hacia Marruecos o España.
El propósito de la migración es el válido para todos los animales: la salvaguarda de la supervivencia no solo de la especie sino también de individuos individuales, temporada tras temporada, y sobre todo la facilitación de la reproducción.
Generalmente denominadas migraciones largas, en cambio, las becadas abandonan las zonas de nidificación para pasar el invierno y se dirigen hacia el oeste, suroeste, sur y sureste de Francia occidental y a lo largo de la costa atlántica, en España y a lo largo de la cadena pirenaica. Otras áreas de invernada características están representadas por la cuenca mediterránea, incluidas las cuencas del norte de África, la península de los Balcanes, el mar Negro y el mar Caspio. En cambio, los puntos de migración asiática deben considerarse las áreas al este de los Urales, hasta Vietnam e India.
Obviamente, Italia, tanto en la península como en las islas principales, también es un área particularmente afectada por las becadas durante la invernada. Parece que comúnmente las becadas que invernan en la costa del Tirreno, durante el otoño prefieren ir hacia el sur, cruzando el Adriático y los Apeninos. Luego irán hacia el norte durante la primavera siguiendo el lado occidental de los Apeninos para finalmente dirigirse hacia Eslovenia, Hungría y Bielorrusia.
Lamentablemente, los estudios desarrollados hasta el momento se basan, como ya se mencionó, casi exclusivamente en el sonar de las becadas, pero debido a la escasez de hallazgos y la recaptura, la información es decididamente escasa y poco precisa. La técnica de la anillada nos da las únicas indicaciones del lugar donde tuvo lugar y del lugar del disparo, indicándonos muy poco sobre las direcciones tomadas y los movimientos de las becadas durante las distintas fases de la migración.