El artículo dedicado de El periódico estadounidense New York Times a los jabalíes toscanos ha provocado una serie de reacciones inevitables. Sin duda, uno de los más firmes es el de Fundación Una (Hombre Naturaleza Medio Ambiente) y su presidente Nicolás Perrotti. Según el número uno de la organización sin fines de lucro, el número excesivo de ungulados en muchas partes de Italia, principalmente Toscana, es una emergencia real y, como tal, requiere algunos soluciones inmediatas y concretas. Perrotti cree que el problema se ve y se aborda en el extranjero como una anomalía totalmente italiana, caracterizada por la ausencia de una coordinación útil entre los diversos representantes del mundo de la vida silvestre y el medio ambiente.
La referencia del New York Times fue a daños causados por los jabalíes a los viñedos de Chianti, pero obviamente esta no es la única consecuencia negativa en este caso. La Fundación UNA espera que haya mayor equilibrio y pragmatismo; además, las partes involucradas deben comenzar a dejar de lado los argumentos preconcebidos y apuntar a prácticas para reequilibrar la presencia de estos animales en el territorio. Perrotti quiso subrayar la importancia de un proyecto seguido por la organización sin fines de lucro, la tarjeta de identidad de los ungulados salvajes, una idea que aprovecha la colaboración de ISPRA, Legambiente, Federación Italiana de Caza y AnuuMigratoristi.
La fundación cree que es una de las propuestas concretas para afrontar seriamente la emergencia. ¿Cómo funciona exactamente? El punto de partida es el Ungulate Data Bank (BDU) de ISPRA: el instituto ya inició en 1996 el inicio del proyecto para la creación de una base de datos sobre la distribución, consistencia y manejo de estos animales silvestres en nuestro país, una recopilación de los datos actualmente disponibles con respecto a la caza, reintroducciones y daños causados a las actividades productivas por suidos, cérvidos y bóvidos. Cada dato está georreferenciado en diferentes niveles de agregación, es decir, el distrito de gestión, el Área Territorial de Caza, la Provincia y la Región, utilizando una plataforma específica. GIS (acrónimo que indica el Sistema de Información Geográfica).
Las áreas de uso podrían extenderse a especies foráneas, los accidentes de tráfico y la incidencia de zoonosis, para tener una imagen aún más precisa y detallada. Toda la información, entonces, se utilizará para Crear una cadena de suministro sostenible en lo que respecta a la comercialización de la carne de ungulados silvestres con fines alimentarios.. La actualización y recopilación de todos los datos son, sin embargo, tareas complejas: entre otras cosas, de hecho, es necesario ampliar las consistencias y distribuciones de las especies, con actualizaciones frecuentes de las bases de conocimiento y la fragmentación de la gestión que prevé la participación de las autoridades del parque, regiones, provincias y empresas de caza de vida silvestre.